Amigos y seguidores de este nuestro blog, en esta entrada hoy quiero compartir con todos vosotros una opinión que siempre defenderé, debemos revisar la boca y la dentadura de nuestros caballos por lo menos una vez al año.
Recordemos que la digestión de los alimentos que ingiere el caballo comienza en la boca del mismo por eso es importante para su salud que pueda masticar sin ningún problema.
Este tema es muy interesante porque el aparato digestivo es de gran importancia en cualquier caballo. Este sistema comienza en la boca, pasa por una serie de órganos y termina en el ano, es importante mantener la boca de los animales en perfecto estado para evitar que se presenten pequeñas disfunciones en el organismo, que posteriormente pueden convertirse en graves trastornos.
Así que, como dice el dicho, ¡es mejor prevenir que lamentar!. Una atención adecuada de los procedimientos dentales de rutina, proporcionará al animal una función totalmente satisfactoria de la masticación y trituración del alimento, además de prever la aparición de cualquier secuela indeseable, como la gingivitis —inflamación de encías—, cólico, o bien una mala absorción de nutrimentos porque el alimento pasa prácticamente completo a través del tracto.
Los caballos trituran el alimento que consumen por medio de la masticación, esto provoca un desgaste permanente e irregular de las muelas, imperceptible —a menos que presenten una alteración- porque las muelas tienen un crecimiento continuo toda la vida.
La presencia de odontofitos puede ser fácilmente detectada. Los signos que generalmente presenta el animal son los siguientes:
No come toda su ración de forraje.
Al masticar el grano, tira la mitad al suelo.
Hay presencia de grano semitriturado en las heces.
Manifiesta dolor al tocarle los carrillos.
Presenta dolor al tocarle las muelas, incluso, ni siquiera se deja tocar la cara.
Comienza a bajar de peso sin motivo aparente.
No se deja poner el freno para trabajar.
Se muestra incómodo y dolorido, etcétera.
La masticación es muy particular en los caballos; las muelas inferiores tienen un movimiento que va hacia abajo y hacia fuera y las muelas superiores lo hacen hacia adentro y hacia arriba, empujándose entre sí, para que el alimento aprisionado pueda ser triturado y posteriormente tragado.
El resultado de este proceso es que los molares inferiores se van afilando en su borde interno y pueden producir lesiones en la lengua, mientras que las muelas superiores afilan su borde externo y esto lesiona los carrillos. Estos pequeños bordes afilados son los famosos odontofitos. Cualquiera que sea el caso, el caballo no tritura bien el alimento por el desgaste irregular de las muelas y por posibles lesiones presentes en la boca, causadas por los odontofitos, así que la condición del caballo será afectada notablemente.
Para evitar que se formen estos bordes afilados en los caballos, es necesario que un veterinario los revise por lo menos dos veces al año, en caso de encontrar odontofitos éstos deberán ser limados con el objeto de que las muelas queden nuevamente planas y niveladas para mejorar la masticación y evitar lesiones en la boca.
El limado de muelas lo debe realizar un veterinario. Generalmente es un procedimiento fácil y la mayoría de los caballos cooperan sin dificultad. La boca se abre metiendo un dedo pulgar dirigido hacia el paladar duro y del lado opuesto de las muelas que se van a limar, se sostiene la lengua y se jala con suavidad hacia fuera de la boca, con el fin de que el animal no la cierre y nos muerda o muerda la lima, después se introduce la lima de lado opuesto a la lengua.
Para limar las muelas superiores, la lima se coloca del lado externo —labial— de las muelas en un ángulo de 60º aproximadamente, posteriormente debe realizarse un movimiento de vaivén el tiempo necesario para que las muelas queden parejas, después de unos cuantos movimientos, se debe tocar la superficie de las muelas para calcular el número de movimientos más que se necesitarán para que el odontofito sea eliminado totalmente. En el caso de las muelas inferiores, la lima se coloca en la parte interna —lingual— de éstas y se procede a hacer el movimiento de vaivén para que el odontofito desaparezca por completo, también se debe tocar regularmente para evitar limar demasiado las muelas. Posteriormente se hace el mismo procedimiento del otro lado pero antes se debe dejar descansar unos 10 o 15 minutos al caballo, después se saca la lengua del lado contrario que procede a limarse.
Los dientes incisivos —de adelante— a veces también necesitan de un ligero limado para que la superficie de los mismos se encuentre nivelada. En este caso se utiliza una lima para uñas —como las que usamos las mujeres. El procedimiento es el mismo que el anterior, movimientos de vaivén hasta nivelar la superficie dental.
Es importante realizar el procedimiento con mucho cuidado y suavidad para evitar que se lastimen la mucosa y encías del caballo.
Ahora bien, si el caballo no se deja limar las muelas con el procedimiento anterior, será necesario utilizar un abrebocas, si el caballo sigue renuente deberá tranquilizarlo el médico veterinario con fármacos.
Existe un diente llamado diente de lobo. Este diente puede presentarse o no; se encuentra con mayor frecuencia en la mandíbula superior y es el primer molar. Es un diente rudimentario y pequeño. El diente de lobo brota alrededor de los seis meses de edad y generalmente se pierde cuando se presenta la muda de los dientes temporales —de leche— pero puede permanecer indefinidamente.
Estos dientes deben extraerse si interfieren en la masticación o si causan lesiones en la boca del animal. Este procedimiento es fácil de realizar y no causa dolor en los caballos. El procedimiento es el siguiente:
Se tranquiliza al caballo para que el veterinario pueda trabajar libremente, después se levanta la encía del rededor del diente y posteriormente se afloja poco a poco para que por último sea extraído el diente de lobo.
El material que generalmente se utiliza, es el mismo que emplean los dentistas aunque existen instrumentos especiales para caballos.