Amigos y seguidores de este nuestro blog, el espacio de los amantes del caballo y su adiestramiento, esta semana me gustaría recordarles que los caballos son animales con necesidades, una de ellas es tan simple como intentar dejarlo pasar el máximo de tiempo fuera de la cuadra, los caballos encerrados en las cuadras sufren y cuando comen bien almacenan demasiada energía que no pueden gastar, es en ese momento cuando empiezan los llamados vicios de cuadra o problemas de comportamiento, aquí pueden leer un poco más de este tema, reflexionen amigos y busquen una cuadra para sus caballos donde tengan la opción de sacarlos al padock a diario, otra opción es el caminador automático.
En la tradición hípica se les llaman “vicios” como si hubiera falta moral del caballo. De hecho, comportamientos como el tic aerofágico, balancearse, pasear dando vueltas, rascar el suelo con un anterior, sacar la lengua, etc. pueden ser reacciones a un estrés crónico inducido por una frustración larga que se llaman estereotipias (ES).
Hay que recordar también que en muchos libros sobre el caballo se hace una mezcla entre los comportamientos que molestan al hombre y las psicopatologías verdaderas.
Primeramente hay que decir algo sobre estas patologías en general. ¿Qué sabemos por la investigación fundamental? Dividir las ciencias fundamentales y aplicadas es un reduccionismo absurdo. La clínica se queda en el empirismo y la pseudo-ciencia sin el conocimiento fundamental de los mecanismos causales. La ciencia fundamental necesita la clínica para escoger las direcciones de investigación más urgentes o las relaciones, a veces escondidas, más importantes (epidemiología).
Cuando una motivación para efectuar un comportamiento particular es muy fuerte, y que un factor interno (conflicto entre 2 motivaciones) o externo (“thwarting”; p.ej. ausencia del substrato adecuado, barrera) lo impide, el comportamiento se repite. Normalmente según las leyes del aprendizaje, el comportamiento particular debería parar si no hay recompensa.
Lo curioso es que a veces un esquema motor aumenta, se repite, se vuelve más sencillo en su forma, se ejecuta según un ritmo fijo, aunque -aparentemente- no sirve para nada. Las ES encuentran su origen en las actividades de desplazamiento y en los movimientos de intención. Si las ES no están producidas por un traumatismo, un tumor, o psicofarmacología, las ES son un buen índice de que el organismo está pasando, o ha pasado, por una frustración crónica.
Tradicionalmente las ES han sido “tratadas” de manera sintomática, es decir, sin buscar su causa, impidiendo de manera mecánica que el caballo las ejecute (hilos eléctricos, collares que impiden el movimiento, verjas especiales encima de la puerta, cortar quirúrgicamente nervios o músculos, collares eléctricos, etc.). Ahora, veterinarios empiezan a usar más la psicofarmacología.
El conocimiento es todavía empírico. Diferentes drogas bajan el nivel o paran las ES, pero no de manera permanente. Como en la psiquiatría humana, algo tiene también que cambiar en la vida del paciente, o por lo menos, la percepción del ambiente por el paciente.
Encontrar la razón precisa causal de una ES en un individuo particular puede ser muy difícil. Hay que descubrir qué motivación se frustra. Esto es más fácil con animales cuyo comportamiento se conoce bien.
La epidemiología puede ser muy útil. Entre 5 y 15% de las populaciones estudiadas mostraban ES. Diferentes estudios han encontrado correlaciones significativas positivas con los factores siguientes: ausencia de paja, poco o ningún contacto social, poca comida fibrosa, mucha comida concentrada, número de caballos por entrenador. Una correlación no es sinónimo de causalidad.
En una segunda fase, hay que descubrir el mecanismo causal. A veces, se encuentran correlaciones curiosas: en Inglaterra se encontraban más ES en empresas con menos de 75 purasangres. Quizás pequeñas empresas tienen menos empleados y los caballos reciben menos entrenamiento.
Comer madera merece un comentario particular. Puede ser una ES, pero puede ser también un comportamiento de ingerir normal que molesta. En un estudio en Suecia, no hemos encontrado las mismas correlaciones con comer madera y con aerofagia o balancearse.
El temperamento juega un papel importante: las ES son más frecuentes en purosangres que en trotones. También en sementales, pero éstos son más aisladas. Un número de caballos menores de 2 años muestran ES, y muchas veces muy deprisa después del destete. No sabemos si es el estrés del destete mismo o las condiciones de vida posteriores del potro (aislado o jugando con otros).
Algunos autores piensan que existen predisposiciones genéticas en caballos. Hay pocos estudios buenos y debemos recordar la diferencia entre un efecto genético y un efecto maternal o del ambiente pre- o postnatal. Hay más posibilidades que un efecto genético pase por el temperamento y no por un efecto directo.
No tenemos pruebas de que el factor imitación pueda ser importante. De todas maneras, es difícil imaginarse que un individuo va a imitar a otro si no está él mismo en condición de frustración.
El acondicionamiento es posible. Por ejemplo cuando un caballo patea la pared o su puerta oyendo las señales de la distribución de comida, el hecho de dar de comer recompensa este comportamiento. En este caso hay que esperar y dar de comer cuando el animal ha parado.
Es importante recordar que una ES puede emanciparse de la situación causal. Es decir que los factores causales han desparecido pero que el comportamiento permanece. Cuando un animal empieza una ES, hay que cambiar lo más rápidamente posible su ambiente (alojamiento o relaciones con el hombre). Hay personas que pretenden que el alojamiento tradicional del caballo no es responsable de las ES, porque se ven caballos con aerofagia pasando todo su tiempo en el prado. Una anamnesis muestra normalmente que la ES ha empezado antes en el establo.
El caballo pasa la mayor parte de su tiempo pastando. (Las vacas tienen la ventaja de la rumia.) Lo que falta a la mayoría de animales cautivos es la parte “apetitiva” en la secuencia comportamental. Reciben su comida (fase de “consumo”) sin buscarla y comen muy deprisa. La conclusión principal es que el mejor tratamiento contra las ES es que el caballo tiene que ocuparse: pastar o trabajar. No necesita cambio, pero ocupación. Al lado de la doma incompetente, pienso que todo lo descrito es el mayor problema de bienestar del caballo moderno. Muchos caballos de silla pasan su tiempo toda la semana encerrados y los propietarios los montan una o dos horas el fin de semana y exigen que se quede tranquilo.
Cuando el prado o el trabajo no son posibles, hay que intentar cualquier cosa para que tengan más tiempo para comer. Por ejemplo dar heno en redes con pequeños agujeros. Las ramas ocupan caballos durante horas. El “Equiball” baja mucho la frecuencia de ES, pero a veces hay caballos que se vuelven más agresivos cuando quieren proteger esta fuente de comida.
Al principio, hemos dicho que las ES “aparentemente” no sirven para nada. No tenemos pruebas, pero diferentes estudios indican que algunas ES, en algunas especies, quizás tengan una función homeostática de adaptación al estrés.
McGreevy et al. han demostrado que caballos con aerofagia no ingieren aire de verdad. El bolus de aire baja en el esófago y vuelve. No llega al estómago. La dilatación del esófago esta conocida por inducir una estimulación parasimpática. Por otra parte, hemos observado que el ritmo cardíaco baja al momento que un caballo empieza la aerofagia.
Se ve una contracción del diafragma. Quizás otro mecanismo sea que el caballo ejecute una maniobra de Valsalva. Es una técnica de respiración usada por personas con taquicardia. No es parasimpática, pero funciona por un cambio de presión sobre el corazón.
Si es verdad que las ES son mecanismos de adaptación, puede ser peor tratar de manera sintomática.
En resumen, es complicado quitar estos problemas, yo he probado soltar a los caballos con vicios al aire libre con otro caballo de confianza que les mantengan entretenidos, la verdad que mejoraron mucho pero al regresar al box siempre tienden a repetir sus manias, es mejor prevenir así que antes de tener un caballo aburrido tomen medidas.
¡Bienvenidos amig@s del caballo! Este espacio esta creado para tod@s los interesados en la equitación deportiva y los caballos, con temas de acualidad ecuestre y técnicas de adiestramiento. Les comparto mi experiencia como jinete profesional y profesor de equitación en varios países. Espero poder serles de utilidad. Saludos: J.Luis M.Arquero
viernes, 24 de febrero de 2012
viernes, 10 de febrero de 2012
La columna vertebral del caballo.
Amigos y seguidores de este nuestro blog, hace poco en Madrid se celebro unas jornadas en las que varios veterinarios espusieron varios temas relacionados con la salud del caballo, a mi personalmente me intereso mucho el tema relacionado con los musculos del dorso y la columna vertebral del caballo sobre la que los jinetes ponemos la silla y luego nuestro peso.
Por este motivo esta semana hablaremos de la columna vertebral del caballo para familiarizarnos más con sus huesos y su forma y así entender mejor su funcionamiento.
La columna vertebral del caballo es de suma importancia, no sólo por la importancia lógica que tiene en la configuración propia del esqueleto sino porque además las vértebras en su disposición dejan un canal donde está situada la médula espinal, conexión del cerebro con los distintos órganos y estructuras.
En el caballo, como en el hombre se distinguen cuatro regiones en la columna vertebral:
Columna cervical (cuello), compuesta por 7 vértebras.
Columna dorsal (torácica), compuesta por 18 vértebras, aunque en esta región es normal la variante de número por exceso o por defecto y es fácil que existan 17 ó 19 vértebras.
Columna lumbar (lomo), compuesta por 6 vértebras, aunque también es frecuente el que existan 5.
Columna sacra (grupa) , formado por la fusión de 7 vértebras.
Columna coxígea o coccígea (cola), que sufre gran variación en cuanto al número, lo más habitual es que esté formada por 18.
La región cervical que es la estructura ósea del cuello es muy importante pues el caballo utiliza el cuello según la actitud o los movimientos que realice.
La 1ª vértebra cervical se llama atlas y es la vértebra que se une al cráneo. En esta articulación está la flexión de la nuca del caballo, que el jinete debe dirigir y que es fundamental para cualquier tipo de trabajo.
La 2ª vértebra, llamada axis se articula con el atlas y es esta articulación la que permite los movimientos laterales..
En su conjunto , la movilidad de las articulaciones cervicales son las que permiten las distintas disposiciones del cuello, que deben ser tan diferentes dependiendo de la edad, de los movimientos y del trabajo.
La articulación entre el atlas y el cráneo muy frecuentemente se sub-luxa, por movimientos indeseados, por viajes o , la mayor parte de las veces, por trabajos incorrectos. Un buen fisioterapeuta puede descubrir esta alteración y corregirla manualmente de forma muy sencilla, solucionando un problema grande pues esta sub-luxación le produce al caballo dolor e impotencia funcional relativa, que se suele reflejar por rigidez de nuca y tratar de corregirlo montado es imposible y empeora el cuadro.
Las vértebras torácicas o dorsales, tienen menos movilidad y forman parte del armazón del tórax (columna, costillas y esternón). Esta región es importante pues está muy a flor de piel y es donde se asienta la montura. Es muy frecuente, mucho más de lo que se piensa, una mala colocación de la montura , que implica dolor al caballo que se refleja en un comportamiento anómalo que muchas veces ni se sospecha.
La región lumbar, es la que está entre la montura y la grupa, es frecuentemente mal llamada dorso y es de mucha mayor movilidad que la columna torácica o sacra. Guarda gran relación con la región cervical y de hecho un caballo con una mala disposición de cuello no trabaja bien la musculatura lumbar pues la columna lumbar adquiere una posición invertida (debe de tener forma convexa hacia abajo). El trabajo de los caballos jóvenes con los cuellos largos y descendidos favorece esta convexidad lumbar e implicará una buena musculación que es absolutamente fundamental para que el caballo trabaje correctamente.
Es frecuente que los caballos árabes tengan sólo 5 vértebras lumbares.
La región sacra , que es de escasa movilidad, consta de 5 vértebras que están soldadas y constituyen la grupa.
La región coccígea que es la que forma la cola es de gran movilidad. Las variaciones en número de vértebras en esta región son muy grandes. El canal medular en esta región va disminuyendo de calibre distal mente.
El movimiento de la cola del caballo, representa fundamentalmente su actitud. Cuando está enfadado, el celo, el miedo ... De todas formas también guarda relación con la región lumbar y un caballo que está reunido trabajando correctamente con los músculos lumbares, tiende a arquear y subir la cola.
Si bien es el veterinario el que debe de valorar las posibles patologías del raquis, el jinete debe palpar con la mano frecuentemente la región espinal y para-espinal pues es una zona muy sensible y en seguida se detecta el dolor.
El montarse en los caballos directamente, según salen de la cuadra y ponerles de golpe el peso encima, algo muy frecuente, sin haber dado tiempo a un calentamiento de la zona es altamente perjudicial y se debe evitar. Una vez que uno se ha subido debe procurar cargar lo menos posible el peso del asiento sobre el caballo.
Por este motivo esta semana hablaremos de la columna vertebral del caballo para familiarizarnos más con sus huesos y su forma y así entender mejor su funcionamiento.
La columna vertebral del caballo es de suma importancia, no sólo por la importancia lógica que tiene en la configuración propia del esqueleto sino porque además las vértebras en su disposición dejan un canal donde está situada la médula espinal, conexión del cerebro con los distintos órganos y estructuras.
En el caballo, como en el hombre se distinguen cuatro regiones en la columna vertebral:
Columna cervical (cuello), compuesta por 7 vértebras.
Columna dorsal (torácica), compuesta por 18 vértebras, aunque en esta región es normal la variante de número por exceso o por defecto y es fácil que existan 17 ó 19 vértebras.
Columna lumbar (lomo), compuesta por 6 vértebras, aunque también es frecuente el que existan 5.
Columna sacra (grupa) , formado por la fusión de 7 vértebras.
Columna coxígea o coccígea (cola), que sufre gran variación en cuanto al número, lo más habitual es que esté formada por 18.
La región cervical que es la estructura ósea del cuello es muy importante pues el caballo utiliza el cuello según la actitud o los movimientos que realice.
La 1ª vértebra cervical se llama atlas y es la vértebra que se une al cráneo. En esta articulación está la flexión de la nuca del caballo, que el jinete debe dirigir y que es fundamental para cualquier tipo de trabajo.
La 2ª vértebra, llamada axis se articula con el atlas y es esta articulación la que permite los movimientos laterales..
En su conjunto , la movilidad de las articulaciones cervicales son las que permiten las distintas disposiciones del cuello, que deben ser tan diferentes dependiendo de la edad, de los movimientos y del trabajo.
La articulación entre el atlas y el cráneo muy frecuentemente se sub-luxa, por movimientos indeseados, por viajes o , la mayor parte de las veces, por trabajos incorrectos. Un buen fisioterapeuta puede descubrir esta alteración y corregirla manualmente de forma muy sencilla, solucionando un problema grande pues esta sub-luxación le produce al caballo dolor e impotencia funcional relativa, que se suele reflejar por rigidez de nuca y tratar de corregirlo montado es imposible y empeora el cuadro.
Las vértebras torácicas o dorsales, tienen menos movilidad y forman parte del armazón del tórax (columna, costillas y esternón). Esta región es importante pues está muy a flor de piel y es donde se asienta la montura. Es muy frecuente, mucho más de lo que se piensa, una mala colocación de la montura , que implica dolor al caballo que se refleja en un comportamiento anómalo que muchas veces ni se sospecha.
La región lumbar, es la que está entre la montura y la grupa, es frecuentemente mal llamada dorso y es de mucha mayor movilidad que la columna torácica o sacra. Guarda gran relación con la región cervical y de hecho un caballo con una mala disposición de cuello no trabaja bien la musculatura lumbar pues la columna lumbar adquiere una posición invertida (debe de tener forma convexa hacia abajo). El trabajo de los caballos jóvenes con los cuellos largos y descendidos favorece esta convexidad lumbar e implicará una buena musculación que es absolutamente fundamental para que el caballo trabaje correctamente.
Es frecuente que los caballos árabes tengan sólo 5 vértebras lumbares.
La región sacra , que es de escasa movilidad, consta de 5 vértebras que están soldadas y constituyen la grupa.
La región coccígea que es la que forma la cola es de gran movilidad. Las variaciones en número de vértebras en esta región son muy grandes. El canal medular en esta región va disminuyendo de calibre distal mente.
El movimiento de la cola del caballo, representa fundamentalmente su actitud. Cuando está enfadado, el celo, el miedo ... De todas formas también guarda relación con la región lumbar y un caballo que está reunido trabajando correctamente con los músculos lumbares, tiende a arquear y subir la cola.
Si bien es el veterinario el que debe de valorar las posibles patologías del raquis, el jinete debe palpar con la mano frecuentemente la región espinal y para-espinal pues es una zona muy sensible y en seguida se detecta el dolor.
El montarse en los caballos directamente, según salen de la cuadra y ponerles de golpe el peso encima, algo muy frecuente, sin haber dado tiempo a un calentamiento de la zona es altamente perjudicial y se debe evitar. Una vez que uno se ha subido debe procurar cargar lo menos posible el peso del asiento sobre el caballo.
jueves, 2 de febrero de 2012
El caballo criollo.
Amigos y seguidores de este nuestro blog, el blog de los amantes del caballo y su buen manejo, esta semana voy a hablarles del caballo criollo, como ustedes sabrán si leyeron mi blog desde su inicio, yo trabaje en América del Sur una temporada y allí tuve contacto con este tipo de caballos del que tengo un buen recuerdo, uno si viaja allí, se puede encontrar caballos criollos en Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay trabajando con las vacas o pastando en cualquier pradera bajo el radiante Sol.
En homenaje a mi alumna y querida amiga Lilian Fariña Arza criadora de caballo criollo en Paraguay voy a hablarles de la historia del caballo criollo argentino, caballo muy ligado a Paraguay.
Este noble animal , fruto de la mestización de razas equinas traídas por los españoles durante la conquista , se fue conformando a lo largo de varios siglos hasta llegar a ser el fiel compañero del hombre de campo.
Es una realidad hoy no discutida que cuando Cristóbal Colón desembarcó en la isla de Guanahani, el 12 de octubre de 1492, ya no había caballos en el Nuevo Continente. Esa gran masa continental desconocida para el Viejo Mundo, bautizada luego con el nombre de América y que España siguió llamando ”lndias Occidentales", había sido en pretéritas eras geológicas la cuna del género equus, de donde evolucionó el equus caballos, especie que en épocas históricas los pueblos asiáticos, africanos y europeos domesticaron, salvándolo de su extinción definitiva.
Las razones de la desaparición total del caballo en América son aún desconocidas; no obstante, ciertas especies de equus fósiles fueron halladas en estratos geológicos americanos de fines de la era cuaternaria, por lo cual algunos naturalistas pensaron que en ciertas regiones de Sudamérica ese caballo habría sobrevivido y evolucionado, constituyendo una nueva especie que luego recibirla la denominación actual de “caballo criollo", al cruzarse con los caballos españoles importados
Los naturalistas argentinos Florentino Ameghino y Germán Burmeister trataron de autoconvencerse, y de convencer al ámbito científico de principios de este siglo, de que una especie de équido cuyos restos hallaron en estratos bastante recientes, y que bautizaron como equus rectidens era un verdadero caballo que había convivido con las poblaciones indígenas de la Pampa y la Patagonia argentinas, constituyendo la base de las numerosas manadas de caballos salvajes que a mediados del siglo XVII, fueron avistadas por los primeros pobladores hispánicos de esas regiones, vagando por la llanuras, caballadas que fueron bautizadas posteriormente con el nombre de “baguales”
Las investigaciones científicas posteriores y los análisis comparativos de los esqueletos hallados, confirmaron que ese équido primitivo tenía una conformación más parecida a la cebra o al hemión (imagen) que al caballo, y que en sólo tres siglos de evolución, no habría podido transformar sus particulares características morfológicas en las que presentaba el caballo alzado y no salvaje de las pampas en el siglo XIX.
Si no había sido la evolución de un animal autóctono, ¿cuál era entonces el origen, morfología y aptitudes de esa variedad de équidos sudamericanos que en tan poco tiempo había poblado las llanuras pampeanas y patagónicas?
EL CABALLO ESPAÑOL EN AMÉRICA:
Descartada la hipótesis del caballo autóctono, resumamos las vías de entrada de caballos embarcados en España con destino a América. En 1493, Colón en su segundo viaje lleva caballos a Santo Domingo que luego pasan a Jamaica. En 1511 Diego de Velázquez los introduce en Cuba, los que luego pasarán a México y serán la base de los utilizados por Hernán Cortés en la conquista del Imperio de Moctezuma. En 1520 Gonzalo de Ocampo los lleva a Venezuela en la búsqueda infructuosa del imperio de El Dorado, estos caballos serán la base del pequeño, ágil y duro caballo "llanero".
Francisco Pizarro conquista en 1531 el Imperio de los Incas o Tiahuantisuyo, llevando caballos al Perú y Ecuador, Diego de Almagro los incorpora a Chile en 1535; una de las últimas introducciones fue la de Juan de Oñate en 1597 en California (que en ese momento formaba parte del Virreinato de Nueva España).
EL INGRESO AL RÍO DE LA PLATA
La génesis del caballo criollo de las llanuras del Plata se atribuye generalmente a la introducción que realizó don Pedro de Mendoza, en la primera fundación de Buenos Aires en 1535, mencionándose en sus capitulaciones de 1534 con el rey Carlos V la obligación de traer 100 yeguas y caballos, registrándose su partida con solo 72 según Ulrico Schmidl y existiendo la mención del padre Rivadanevra, que fueron sólo 42 las aportadas en ese viaje.
Casi contemporáneamente, en 1541, Alvar Núñez Cabeza de Vaca había llevado caballos a Asunción del Paraguay y Diego de Rojas y Nuñez de Prado trasladó caballos desde el Perú hasta el territorio de la actual provincia de Tucumán, en el Noroeste argentino. Producida la despoblación de la primera fundación de Buenos Aires, transcurrieron casi cuarenta años hasta que en 1580 don Juan de Garay intenta con éxito la segunda y definitiva repoblación de la ciudad desde Asunción del Paraguay.
Garay había recibido informes para esa época que existían numerosas caballadas vagando en libertad en las cercanías de Buenos Aires. Como no podía ofrecer a los nuevos pobladores ni oro ni plata ni encomiendas de indios en una tierra casi desértica, cubierta solo de pastos y sin ningún bosque, pidió a su superior, el adelantado Juan Torres de Vera y Aragón, “hacer merced a los nuevos pobladores, del ganado caballuno abandonado por Don Pedro”.
Torres de Vera y Aragón debía muchos favores a Garay, para discutirle unos pocos caballos, por lo que accedió al pedido. Luego, los pobladores encontraron más caballos que los pensados y obtuvieron del Consejo de lndias (1591)quese los eximiera del diezmo real que hubiera correspondido si hubieran sido salvajes, es decir, autóctonos, lo que obtuvieron iniciándose así la captura de los que cayeron bajo sus lazos y corrales, los demás se dispersaron. Muerto Garay, Torres de Vera y Aragón reclamó las caballadas para sí, al conocer su número, por ser producto de la tierra”.
A él le convenía que se revisara la teoría que los consideraba caballos abandonados, abogando por su carácter natural, extremo que nunca pudo ser probado. Los caballos de Mendoza, más los que luego se dispersaron desde el Paraguay y Tucumán, son el origen de las grandes manadas de caballos salvajes que a fines del siglo XVIII asombraban a los viajeros, y que los pobladores locales denominaban genéricamente como "baguales".
Fuentes: Todo es Historia Nro. 396 Nota de Fernando Romero Carranza
En homenaje a mi alumna y querida amiga Lilian Fariña Arza criadora de caballo criollo en Paraguay voy a hablarles de la historia del caballo criollo argentino, caballo muy ligado a Paraguay.
Este noble animal , fruto de la mestización de razas equinas traídas por los españoles durante la conquista , se fue conformando a lo largo de varios siglos hasta llegar a ser el fiel compañero del hombre de campo.
Es una realidad hoy no discutida que cuando Cristóbal Colón desembarcó en la isla de Guanahani, el 12 de octubre de 1492, ya no había caballos en el Nuevo Continente. Esa gran masa continental desconocida para el Viejo Mundo, bautizada luego con el nombre de América y que España siguió llamando ”lndias Occidentales", había sido en pretéritas eras geológicas la cuna del género equus, de donde evolucionó el equus caballos, especie que en épocas históricas los pueblos asiáticos, africanos y europeos domesticaron, salvándolo de su extinción definitiva.
Las razones de la desaparición total del caballo en América son aún desconocidas; no obstante, ciertas especies de equus fósiles fueron halladas en estratos geológicos americanos de fines de la era cuaternaria, por lo cual algunos naturalistas pensaron que en ciertas regiones de Sudamérica ese caballo habría sobrevivido y evolucionado, constituyendo una nueva especie que luego recibirla la denominación actual de “caballo criollo", al cruzarse con los caballos españoles importados
Los naturalistas argentinos Florentino Ameghino y Germán Burmeister trataron de autoconvencerse, y de convencer al ámbito científico de principios de este siglo, de que una especie de équido cuyos restos hallaron en estratos bastante recientes, y que bautizaron como equus rectidens era un verdadero caballo que había convivido con las poblaciones indígenas de la Pampa y la Patagonia argentinas, constituyendo la base de las numerosas manadas de caballos salvajes que a mediados del siglo XVII, fueron avistadas por los primeros pobladores hispánicos de esas regiones, vagando por la llanuras, caballadas que fueron bautizadas posteriormente con el nombre de “baguales”
Las investigaciones científicas posteriores y los análisis comparativos de los esqueletos hallados, confirmaron que ese équido primitivo tenía una conformación más parecida a la cebra o al hemión (imagen) que al caballo, y que en sólo tres siglos de evolución, no habría podido transformar sus particulares características morfológicas en las que presentaba el caballo alzado y no salvaje de las pampas en el siglo XIX.
Si no había sido la evolución de un animal autóctono, ¿cuál era entonces el origen, morfología y aptitudes de esa variedad de équidos sudamericanos que en tan poco tiempo había poblado las llanuras pampeanas y patagónicas?
EL CABALLO ESPAÑOL EN AMÉRICA:
Descartada la hipótesis del caballo autóctono, resumamos las vías de entrada de caballos embarcados en España con destino a América. En 1493, Colón en su segundo viaje lleva caballos a Santo Domingo que luego pasan a Jamaica. En 1511 Diego de Velázquez los introduce en Cuba, los que luego pasarán a México y serán la base de los utilizados por Hernán Cortés en la conquista del Imperio de Moctezuma. En 1520 Gonzalo de Ocampo los lleva a Venezuela en la búsqueda infructuosa del imperio de El Dorado, estos caballos serán la base del pequeño, ágil y duro caballo "llanero".
Francisco Pizarro conquista en 1531 el Imperio de los Incas o Tiahuantisuyo, llevando caballos al Perú y Ecuador, Diego de Almagro los incorpora a Chile en 1535; una de las últimas introducciones fue la de Juan de Oñate en 1597 en California (que en ese momento formaba parte del Virreinato de Nueva España).
EL INGRESO AL RÍO DE LA PLATA
La génesis del caballo criollo de las llanuras del Plata se atribuye generalmente a la introducción que realizó don Pedro de Mendoza, en la primera fundación de Buenos Aires en 1535, mencionándose en sus capitulaciones de 1534 con el rey Carlos V la obligación de traer 100 yeguas y caballos, registrándose su partida con solo 72 según Ulrico Schmidl y existiendo la mención del padre Rivadanevra, que fueron sólo 42 las aportadas en ese viaje.
Casi contemporáneamente, en 1541, Alvar Núñez Cabeza de Vaca había llevado caballos a Asunción del Paraguay y Diego de Rojas y Nuñez de Prado trasladó caballos desde el Perú hasta el territorio de la actual provincia de Tucumán, en el Noroeste argentino. Producida la despoblación de la primera fundación de Buenos Aires, transcurrieron casi cuarenta años hasta que en 1580 don Juan de Garay intenta con éxito la segunda y definitiva repoblación de la ciudad desde Asunción del Paraguay.
Garay había recibido informes para esa época que existían numerosas caballadas vagando en libertad en las cercanías de Buenos Aires. Como no podía ofrecer a los nuevos pobladores ni oro ni plata ni encomiendas de indios en una tierra casi desértica, cubierta solo de pastos y sin ningún bosque, pidió a su superior, el adelantado Juan Torres de Vera y Aragón, “hacer merced a los nuevos pobladores, del ganado caballuno abandonado por Don Pedro”.
Torres de Vera y Aragón debía muchos favores a Garay, para discutirle unos pocos caballos, por lo que accedió al pedido. Luego, los pobladores encontraron más caballos que los pensados y obtuvieron del Consejo de lndias (1591)quese los eximiera del diezmo real que hubiera correspondido si hubieran sido salvajes, es decir, autóctonos, lo que obtuvieron iniciándose así la captura de los que cayeron bajo sus lazos y corrales, los demás se dispersaron. Muerto Garay, Torres de Vera y Aragón reclamó las caballadas para sí, al conocer su número, por ser producto de la tierra”.
A él le convenía que se revisara la teoría que los consideraba caballos abandonados, abogando por su carácter natural, extremo que nunca pudo ser probado. Los caballos de Mendoza, más los que luego se dispersaron desde el Paraguay y Tucumán, son el origen de las grandes manadas de caballos salvajes que a fines del siglo XVIII asombraban a los viajeros, y que los pobladores locales denominaban genéricamente como "baguales".
Fuentes: Todo es Historia Nro. 396 Nota de Fernando Romero Carranza