lunes, 18 de enero de 2010

Historía de la equitación clásica en Paraguay.


Foto: El Mariscal Solano Lopez montando con doble rienda como se hacía en la equitación clásica en Europa. El caballo del mariscal se llamaba Mandyju, que en castellano significa Algodon.  

Amigos y seguidores de nuestro blog, hoy me encuentro realizando un trabajo con caballos en Paraguay, me gustaría dedicarles este artículo de la historía de la equitación clásica a mis alumnos de Paraguay.

Muchos historiadores se ponen de acuerdo en afirmar que durante siglos en España se críaban caballos muy selectos y apreciados en toda Europa, para realizar con ellos el arte de la equitación clásica, pero en Francia en el siglo XVIII, se alcanzó la máxima expresión del adiestramiento de los caballos en el pícadero real del los reyes de Francía, de manos de La Guériniere y sus alumnos. 

Los avances en la doma que ellos descubrierón llegaron a España donde fueron muy bien recibidos y de España pasaron al resto de Ámerica latina.

Desde  mediados del siglo XVIII hasta finales del XIX, la disciplina ecuestre más importante fue la equitación clásica, por todo el mundo en los círculos más selectos se practicaba esta disciplina que fue muy bien acogida sobre todo entre la nobleza y el ejercito. 

En Paraguay antes de su independencia de la corona de España, los oficiales de caballería españoles trajeron hermosos caballos que destinarían para la cría y la mejora de los caballos que se encontraban entonces en todo el país, las familias más pudientes comprarón y criaron con estos caballos que utilizaban como medio de transporte, pero los españoles no solo trajeron sus caballos a Paraguay, también trajeron la equitación clásica que se practicaba en toda Europa y la convirtieron en la forma más elegante y apropiada de adiestrar un caballo para su uso diario, ya sea en la guerra, en el ocio, o como medio para desplazarse.

Con el tiempo y las modas procedentes de europa los militares paraguayos practicaban la equitación clásica en las canchas de los cuarteles de caballería y las de todo el país, así ejercitaban los caballos para la guerra y los desfiles militares. Con la guerra de la independencia se puso a prueba el valor de estos caballos y su doma. En 1810, debido a la Primera Junta independiente de Buenos Aires, el gobernador realista de Asunción, Bernardo de Velasco remitió a Buenos Aires una nota comunicando la separación de la Provincia del Paraguay del Virreinato del Río de La Plata, Velasco y sus adeptos formaron una junta el 24 de junio de 1810, junta que reiteró su fidelidad a la monarquía española de Fernando VII.
A fines de 1810 las tropas al mando del General Manuel Belgrano marcharon en una expedición para libertar al Paraguay e intentar sumarle a las recién creadas Provincias Unidas del Río de la Plata, pero las fuerzas de esa expedición fueron derrotadas en la batalla de Tacuarí (9 de marzo de 1811) y en la de Paraguarí por los realistas paraguayos entre quienes hasta entonces eran dirigidos por los generales Fulgencio Yegros y Cabañas.
Aqui la caballeria paraguaya todavia realista, aplasto por su superioridad tecnica a la independentista, pues la forma de combatir a caballo de los españoles, aprendida por los paraguayos, era muy temida entonces.
 Ésta batalla, y la huida en la ocasión del gobernador español Velasco (al pensar que habían tenido un revés militar) se considera como el comienzo de una toma de conciencia de las propias fuerzas por parte de la oficialidad paraguaya que había entrado en contacto con Belgrano y sus oficiales al firmarse un armisticio, tal toma de conciencia que llevaría al año siguiente a la declaración de la independencia, derrocando a las autoridades españolas locales, el 14 de mayo de 1811.
A mediados del siglo XIX, en tiempos del Mariscal Solano Lopez, las familias más selectas de Asunción practicaban la equitación clásica junto a los oficiales de caballería del ejercito paraguayo, en el cuartel de caballería que existia en la ciudad, esta época de gran explendor para el país, fue en la que mejores caballos y jinetes se concentrarón en la ciudad de Asunción y en toda la república.  
Foto: Caballería paraguaya en pleno s.XIX, las riendas y las monturas son del tipo de equitación clásica, fijense en la belleza del uniforme de los jinetes.




Bien es sabido que el Mariscal Solano Lopez practicaba la equitación clásica como se hacía en europa y su esposa de origen irlandes conocía bien esta disciplina pues su familia criaba caballos en Irlanda y en este país durante todo el siglo XIX surgieron famosos jinetes de doma como James Fillis, instructor real de caballería britanica.

En la guerra de la triple alianza de Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay la gloriosa caballería Paraguaya se enfrento en muchas ocasiones a las tropas brasileñas y argentinas haciendo retroceder a estas, pues los jinetes paraguayos entrenaban con sus monturas a diario como aprendieron de los españoles, que eran buenos soldados a caballo en aquella epoca. 

Termino la guerra de la triple alianza y los cuarteles de caballeria quedaron inutilizados, el país arruínado y los caballos fueron botín de guerra de los vencedores y a veces el alimento de los vencídos, aquí en este período oscuro de la historía de Paraguay la equitación clásica dejo paso a la equitación de trabajo para guíar al ganado y las vacas. 

Ya no quedaba rastro de los caballos que trajeron los españoles, ni el país volvio a tener nunca una caballería igual que la que tenía entonces, a finales del siglo XIX, y principios del siglo XX Paraguay formo otro cuerpo de caballería, pero nunca fue igual al del siglo pasado y ya no estaba formado por hijos de las mejores familias del país, sino por soldados voluntarios que amaban a los caballos y querían servir a su país haciendo lo que conocían mejor, cabalgar. En Paraguay los militares aprendian a cabalgar, ya no como se hacía en el pasado haciendo figuras de doma y desfiles, sino conduciendo ganado en sus anteriores vidas como civiles.   En pleno siglo XX en todo el mundo el ejercito de caballería empezo a adiestrar a sus jinetes y caballos en el salto, esta moda llego también a Paraguay, desde entonces civiles y militares practicán este deporte a caballo hasta la actualidad.    
Foto: Caballeria paraguaya a principios del s.XX, comparen el cuadro de los soldados del s.XIX de más arriba con los de esta foto, aquí el uniforme ya no es tan bello y los arreos de los caballos ya son los típicos de la equitación de trabajo para guiar ganado.


Hoy en nuestros dias, un grupo de jinetes paraguayos, han decidído rescatar de su pasado glorioso la equitación clásica como se practicaba entonces y como se práctica ahora en la actualidad en todo el mundo, ahora en America este deporte se conoce con el nombre de adiestramiento.

En la ciudad de Mariano Roque Alonso, cerca de Asunción hay una escuela de doma clásica o adiestramiento, abierta a todo el mundo y con vistas en un futuro, de representar en esta disciplina ecuestre a Paraguay en los juegos Panamericanos. Esperamos que tengan éxito, yo personalmente les presto mi asesoramiento, si ustedes estan interesados en colaborar en este proyecto, no duden en ponerse en contacto con la escuela del Club Hípico Paraguayo.


2 comentarios:

  1. Me ha encantado leer este articulo, no sabia que en Paraguay durante el s.XIX heramos tan adelantados en el tema de la doma.

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  2. Espero que tengan exito y veamos pronto representando a Paraguay en los Juegos Panamericanos jinetes intruidos en doma aqui en nuestro pais.

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