domingo, 12 de junio de 2011

El esfuerzo del caballo se convierte en baile.

Amigos y seguidores de este nuestro blog, hoy hablaré de algo que a veces no tenemos en cuenta cuando vemos montar un caballo haciendo alarde de toda su doma en una pista de concurso, me refiero al esfuerzo del caballo en convertirse en "bailarín" mediante el trabajo de adiestramiento que practicamente dura toda la vida útil del animal.
En la Doma Clásica a menudo olvidamos que el objetivo es el baile, la danza, el uso de dos cuerpos para lograr a través de su movimiento expresar sentimientos y emociones. Caballo y jinete son bailarines que persiguen transformar el esfuerzo en gracia. No debemos olvidarlo. En este arte interviene la sensibilidad, el conocimiento, la inteligencia y la empatía de producir emociones a nosotros mismos y a otros.

Por tanto la ejecución y el entrenamiento del conjunto de los ejercicios que la caracterizan no son en absoluto la esencia, sino simplemente un medio para llegar a un estadio de entrenamiento óptimo del jinete y del caballo en movimiento.

En la Doma Clásica buscamos también el equilibrio estético. El jinete y el caballo desplazan sus cuerpos al unísono a través de un espacio y durante un tiempo, juntos dibujan formas sobre la arena impulsados por una energía propia y a un ritmo determinado, danzan, se expresan, y los mejores hasta nos llegan a hacer sentir a veces la gracia. Llegar a hacer esto sin aparente esfuerzo es una tarea que conlleva años de preparación y mutuo conocimiento.

En el día a día de esta tarea de años, muchos profesionales, entre ellos los que somos veterinarios deportivos, nos deberíamos encargar de hacer posible el desarrollo de los sentidos, la percepción, la motricidad y la integración de lo físico y lo psíquico de caballo y jinete.

El método de valoración de estas cualidades se basa en la ejecución de unos ejercicios técnicos asociados a movimientos que deberían ser siempre amplios y elásticos. Por ejemplo, en la ejecución de un ejercicio como el denominado “espalda adentro”, su mayor o menor expresividad y libertad en los movimientos indicará si el caballo tiene la suficiente fuerza, elasticidad y coordinación como para pasar a otro estadio del entrenamiento de la danza. Ahora bien, ¿cómo conseguirlo?.

1. La musculatura del tronco (dorsal y abdominal) es el punto clave para la transmisión de esa energía hacia el resto del cuerpo y permite al caballo equilibrarse.
Los caballos que tienen la musculatura del tronco rígida o poco desarrollada están incapacitados para moverse con libertad, equilibrio y fuerza. Por tanto, por mucha impulsión que genere nuestro caballo, si no es capaz de transmitirla a través del tronco, nunca conseguiremos el equilibrio, la armo­nía y la flexibilidad que se busca en la Doma Clásica.

2. Los músculos de los posteriores generan la impulsión del caballo y están siempre presentes en el movimiento, sin embargo pueden ser más o menos solicitados por el jinete a la hora de programar su entrenamiento diario.
Los ejercicios específicos para trabajar los grupos musculares del tren posterior en esta fase del entrenamiento son la grupa adentro, grupa afuera, rotación sobre los manos, transiciones paso-galope, parada - paso atrás, dar cuerda con intensa activación del posterior, con pessoa o gogue, subir cuestas, alargamientos de paso y el galope, etc.
Los ejercicios de difícil aislamiento se atribuyen por la ejecución previa de ejercicios aislados. por ejemplo un apoyo que viene de haber trabajado una grupa adentro, es un ejerci­cio que trabaja más intensamente el tren posterior, etc.

3. La musculatura abdominal es un punto clave de la cade­na muscular responsable de esta transmisión de la impulsión y gracias a ella el caballo tolera el peso del jinete.
Trabajar intensamente la musculatura abdominal se pue­de hacer a través del entrenamiento fartlek, que es un tipo de entrenamiento flexible que consiste en hacer varios ejercicios, tanto aeróbicos como anaeróbicos, principalmente ejercicios de carrera, caracterizados por los cambios de ritmo en campo abierto moviéndose en libertad en medio de la naturaleza.

4. La musculatura del hombro, cuello y brazo permite elevar, flexionar y extender la extremidad anterior al recibir la impulsión de los posteriores a través del tronco.
Los ejercicios específicos para trabajar los grupos musculares del tren anterior en esta fase del entrenamiento son la espalda adentro, espalda afuera, transiciones paso trote, trote galope, dar cuerda con riendas de atar, bajar pendientes, rotación sobre los posteriores, alargamientos de trote, etc.
Los ejercicios de difícil aislamiento se atribuyen por la ejecución previa de ejercicios aislados, por ejemplo un apoyo que viene de haber trabajado una espalda adentro, es un ejercicio que trabaja más intensamente el tren anterior, etc.

5. La musculatura del cuello participa activamente en el equilibrio del caballo, modificándolo en función de su colocación, ya que existe una cadena de músculos y ligamentos que conecta el cuello, el tronco y el tren posterior.

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