domingo, 10 de febrero de 2013

El maestro Oliveira.

Amigos y seguidores de este nuestro blog, este mes se cumple el aniversario de la muerte de uno de los maestros de la equitación que más admiro: el Maestro Nuno Oliveira, por ese motivo hoy voy a escribir un poco sobre su vida.
Nuno Waldemar Nunez Marques Cardoso Pery de Linde Abreu Oliveira, nació el 23 de junio de 1925 y murió el 2 de
febrero de 1989, con sesenta y cuatro años.
Nuno de Oliveira comenzó a montar a caballo con su pariente Miranda, tenía entonces solamente  cinco años. 

El método de entrenamiento y enseñanza de Gonçalves de Miranda pudo seguir los pasos de Maralva que trajo de Francia a Portugal en los tiempos de la Guénière. De Francia en aquellos tiempos acudieron diversos entrenadores que entrenaban exclusivamente a la Casa Real portuguesa. En 1940 muere Miranda, entonces Nuno Oliveira decide dejar de estudiar y seguir la vida ecuestre montando a caballo para los antiguos clientes del Maestro Miranda, incluyendo la hija de Henry Chtlanaz.
En 1950, en el Coliseo de Lisboa, trabaja para Manuel de Barros y da clases de equitación.
Manuel de Barros poseía una biblioteca ecuestre en donde Nuno de Oliveira estudio la teoría de lo que él practicaba tan bien para poderla explicar mejor.
El Ing. Rodrigo de Castro Pereira, lo invita a trabajar para la Legión Portuguesa, En esa época conoce a Spear quien fue comandante en Lisboa, Nuno montaba sus caballos, así como los de otros clientes, también enseñaba a algunos estudiantes la equitación clásica .
Sus primeros alumnos fueron: Julius y Guilherme Borba, D. Diogo Bragança (Lafões), la pureza de S. Lourenço, Ana Maria Avilez y José María Lupi.
En 1973 compró una finca en Avessada en Malvern, allí comienza a vivir e instala su propia escuela donde enseño el arte ecuestre a cientos o incluso miles de estudiantes de todos los rincones del mundo.

Las personas que conocieron a Nuno Oliveira decían que era un hombre muy educado que vivía en un ambiente culto, disfrutaba de la belleza del arte en todas sus facetas, especialmente del arte lírico y la ópera, fue amigo de grandes artistas.
Dotado de gran sensibilidad artística, sintió las vibraciones más débiles de los caballos que trabajaba lo que le permitió adaptarse a los caballos de una forma asombrosa.


Al principio de su carrera fue un fiel seguidor de los Maestros Francois Robichon de la Guérnière, Gustav Stein brecht y François Baucher, rápidamente crea su propia filosofía ecuestre y su método personal, crea una verdadera escuela Oliveirista, siendo sus discípulos los encargados de la enorme difusión en todo el mundo de sus métodos.
Nuno de Oliveira es el gran heraldo del caballo Lusitano y la cultura portuguesa ecuestre, Nunca dejo de mantener contacto con sus alumnos y enseñaba sus lecciones a los que recurrían a el para resolver problemas.
Viajo por todo el mundo empezando por Suiza de la mano de Auguste Baumeister junto a su caballo Euclides.
Exhibió su arte en Ginebra y Lucerna, donde creó centros de aprendizaje, también fue conocido en Francia, después de haber comenzado a recibir estudiantes en Póvoa de St º Adrião como (Bacharat y Henriquet Michel.)
En 1964 dio lecciones en París, donde tuvo algunos estudiantes y en 1965 en Wembley en Inglaterra.
En Bélgica creó un grupo grande de aficionados y estudiantes, en 1968 viajo a Italia fue en Milán donde mostró su arte, también en Madrid (España) y en 1969 visito Lima, en Perú y Costa Rica.
Enseño equitación a estudiantes procedentes de Asia, África, América, incluyendo Canadá, Oceanía y Europa.
En 1975 le abre las puertas la prestigiosa cuadra de Saumur (Francia) para reconocer sus méritos.
 De 1979 a 1980 viaja a Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Australia, Tailandia y Filipinas para dar su espectáculo ecuestre.
Reconocimientos:
Le fue otorgado el título de Oficial de la Orden Infante Dom Henrique por la expansión de la cultura portuguesa por el mundo.
Medalla al Mérito de la Asociación Centro de la Agricultura Portuguesa, por la difusión del caballo Lusitano por el mundo. 
Fue miembro honorario de la Federación Ecuestre Portuguesa  y miembro honorario del club Rey Don Duarte I.
Dejó varias obras escritas en portugués, francés e Inglés donde expone su método y reflexiones no sólo acerca de montar también en temas de moral, arte y religión.

Nuno fue todo un personaje en su tiempo, admirado por muchos, denostado por pocos, tenía un genio inestable que muchos temían tal vez porque era un personaje romántico que rapidamente se entusiasmaba con algo a lo que después podía llegar a aborrecer si le decepcionaba. 
Siempre fue fiel a sus amistades, algunos amigos le ayudaron en su carrera sobre todo Auguste Baumeister de nacionalidad suiza,  y el francés Henriquet Michel.
Su pelo negro engominado hacia atrás, sus cejas negras y gruesas con sus ojos negros misteriosos le daban un gesto muy característico, en donde sus amigos aprendieron a leer los sentimientos que reflejaban.
Su cuello era largo y cuando montaba bajaba la cabeza para mirar a los oídos de su caballo.
Le gustaba vestir chaquetas negras o de colores oscuros con pantalones de montar claros, calzaba siempre unas botas negras relucientes y en primavera polainas. 
Dicen que su apodo de juventud era "Azeitão" tal vez porque era tan delgado como un hilo de aceite, aunque con la edad su figura fue más de perfil compacto.
Yo recuerdo las fotos de esa etapa en la que se ve a un señor rondando los 60 ya con entradas y un poco de barriga, arqueando la espalda tan derecho como una columna de mármol, montando un hermoso caballo con el gesto del rostro muy concentrado, como si se comunicara con sus pensamientos con el animal. 
Murió en Australia en 1989 en la habitación de un Hotel, cuando encontraron su cadáver sonaba una canción de Verdi al que tanto admiraba y le gustaba escuchar cuando montaba.
Los caballos que domaba Nuno eran caballos muy ligeros en la mano, los montaba más con la espalda y el cuerpo que con las riendas, practicaba con ellos todos los ejercicios de alta escuela y conseguía hacer un piaffe único. 
Tenía mucha paciencia y sentía mucho amor por sus caballos, le gustaba hacer todos los ejercicios siempre perfectos, nunca corría y se exigía mucho a si mismo, su jornada comenzaba a las 5.30 de la mañana con el trabajo de los potros y terminaba al anochecer con las clases a sus alumnos. 
Fue un hombre generoso que ayudo a los pobres siempre que pudo, solo perdía la calma si alguien delante suyo presionaba en exceso a un caballo y montaba muchas veces caballos que otros abandonaban por mediocres, él los convertía en obras de arte. 
El Maestro no era ni altivo ni arrogante, más bien enseñaba la humildad como puente para crecer. Le gustaba hablar de su vida, sus recuerdos y sus caballos pero ante todo tenia muy claro el concepto de "écuyer". Esto lo podemos observar en su obra "Principios Clásicos de Entrenar Caballos": " El verdadero écuyer no debe nunca tener un estúpido complejo de superioridad o considerarse un genio".
El Maestro Nuno Oliveira nunca ocultó sus profundas creencias religiosas y siempre decía: "Si tenemos talento también tenemos un deber. Mi deber es enseñar a las personas a montar caballos como Dios quiere"
Nos dejo frases tan celebres como: 
"Los caballos montados con o sin contacto: hay que permitir a los caballos moverse con las riendas libres y no manteniéndolas firmemente, así es como puede lograrse el éxito. Los jinetes que sujetan a sus caballos son insignificantes y no progresarán nunca. Los jinetes que dan libertad a sus caballos, degustarán las mieles del Arte Ecuestre" (Reflexiones sobre el Arte Ecuestre).

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