martes, 8 de septiembre de 2015

El cuidado de los cascos del caballo.


Amigos y seguidores de este nuestro blog, en esta entrada comparto con ustedes este articulo que escribi hace poco para la revista Passion PRE, en el doy unos consejos para el cuidado de los cascos del caballo, espero les sea de ayuda.

El casco del caballo es el soporte de las extremidades con el suelo, es una parte de su cuerpo más compleja de lo que en sí parece.
La estructura actual del casco es la transformación y evolución de una serie de huesos que hace miles de años en los caballos primitivos formaban una mano con dedos similares a los de los perros.
Los paleontólogos que encontraron fósiles de caballos primitivos afirman que los dedos de los caballos acabaron por juntarse y formar un solo casco por extremidad porque el caballo tuvo que adaptarse a los terrenos en los que les tocó vivir y evolucionar, el caballo primitivo media alrededor de 50 cm, y no dejo de crecer hasta nuestros días. Esta es una de las razones por las que necesitaba más base y soporte sus extremidades.
El casco está dotado de una fuerza y elasticidad que le permite hacer varias funciones:
Cargar el peso del caballo evitando un rápido desgaste.
Da protección a las estructuras internas más sensibles que forman la parte interna del casco.
Da agarre a las extremidades en cualquier terreno.
Tiene capacidad natural para absorber las sacudidas y golpes con el suelo.
Mantiene la humedad y es capaz de regenerarse.

Dentro del casco se encuentran dos huesos y medio, el menudillo sería el equivalente de los nudillos de nuestras manos y el caballo caminaría sobre el equivalente a la uña de nuestro dedo corazón y la yema de ese dedo sería la parte del casco llamada ranilla.
Los cascos de las extremidades anteriores son más redondeados y de mayor tamaño que los de los posteriores pues cargan con más peso ya que el 60% del peso del caballo recae sobre el tercio anterior.
El casco está formado por fuera por la corona y la pared y por debajo por la palma, la ranilla y los bulbos.
Los bulbos están diseñados para absorber golpes y sacudidas, la ranilla soporta el peso y ayuda a bombear sangre por la extremidad. Los caballos cambian de ranilla unas dos veces al año.

CUIDADOS:
Los primeros cuidados del casco se pueden comenzar en los primeros meses de vida del potro, siempre vigilaremos que crezcan de forma normal y que tengan una angulación y unos aplomos correctos.
Para arreglar estos problemas contaremos con la ayuda de un herrador competente que recorte y aplome los cascos del potro cada mes y medio.
Podemos poner las primeras herraduras al caballo cuando este tenga tres años y comience su entrenamiento.
Cuando comienza el amanse del potro, generalmente primero se hierran los cascos delanteros y cuando el trabajo es más intenso se colocan las de los cascos posteriores.
En los caballos pura raza española siempre se cuidaran los aplomos de manos con especial atención ya que el PRE es un caballo que se caracteriza por tener los cascos delanteros más sensibles que los de los posteriores, herrar bien los cascos delanteros también nos ayudara a prevenir cojeras y defectos de aplomos. Un herraje adecuado facilitara el trabajo de las extremidades anteriores y estas podrán con facilidad elevarse como se caracteriza el trote de un buen caballo español, con amplitud y elevación de rodilla.
No solo debemos preocuparnos de recortar los cascos del potro y de herrarlo adecuadamente cuando comience su trabajo, también tenemos que hidratarlos adecuadamente según el tipo de casco y el clima en el que le toque vivir.
Los cascos blancos suelen ser más delicados que los oscuros, si nuestro caballo tiene cascos blancos vigilaremos de que no se resequen, para conseguir que el casco no se reseque y termine por romperse o fisurarse compraremos una pomada para cascos que sirva para hidratar y reparar, estas pomadas suelen ser de color verde o marrón y tienen biotina y aceite de laurel.
Las grasas que se utilizan para el mantenimiento del casco son de dos tipos unas son hidratantes y otras secan.
Debemos de conocer que tipo de grasa utilizamos para hacer un uso útil de ellas según la necesidad de los cascos del nuestro caballo.
Un casco blando necesitara una grasa que endurezca y reseque un poco el casco, estas grasas suelen ser de color negro porque contienen alquitrán, usen este tipo de grasas con moderación.
Un casco sano lo mantendremos bien utilizando una grasa verde hidratante o una marrón que contenga aceite de hígado de bacalao, pues contienen vitaminas que mejoran su crecimiento.
La grasa del caballo la daremos por las paredes del casco desde la corona hacia abajo y también por la parte inferior alrededor de la ranilla.
Si queremos mantener el casco húmedo, después de duchar al caballo le aplicaremos la grasa adecuada, por el contrario si queremos que no penetre humedad en el casco, antes de ducharlo le aplicaremos una grasa negra de las que endurecen el casco.
Un casco demasiado seco y duro es difícil de cortar y dar forma al herrar, también es propicio a agrietarse formando grietas llamadas "cuartos" que producen dolor.
Si el casco del caballo se ablanda por dentro y comienza a oler mal, podemos estar ante un problema de exceso de suciedad y humedad en la pesebrera, estas condiciones de suciedad y humedad terminan por podrir los cascos y causa un dolor que es el mal llamado hormiguillo.
Para curar y sanear un casco blando y hediondo podemos tratarlo con sulfato de cobre mezclado con vinagre, también venden en las tiendas de artículos para caballos unos líquidos que desinfectan y sanean los cascos, para saber que marca comprar pregunten a su herrador de confianza.
Los abscesos son golpes en los cascos, también heridas punzantes que forman un hematoma en el interior del casco, este produce presión y se puede infectar generando dolor dentro del casco, este dolor producirá cojeras.
Para curar un absceso si este es superficial, un herrador con experiencia puede abrir un poco el casco practicando una pequeña hendidura en el y dejar así que este drene el líquido que causa el dolor.
Si el absceso está localizado muy adentro del casco podemos vendar el casco con una cataplasma hecha de Ichthammol sujeta con algodón y vendas, este vendaje lo cambiaremos una vez al día y permite que el absceso salga por la palma del casco.
También podemos usar agua caliente y sal de Epsom.
El Ichthammol tiene propiedades absorbentes y secantes, las sales ayudan con la desinfección.
Esta cataplasma se puede poner unos tres días, si el caballo mejora en ese tiempo no necesitaremos vendarlo de nuevo pero si limpiaremos el hueco por donde drena el absceso con yodo.
Para saber cómo preparar esta cataplasma consulten a su veterinario ya que se comercializan normalmente los ingredientes ya listos para aplicar bajo el vendaje, este remedio es muy común y fácil de encontrar.