domingo, 12 de noviembre de 2017

Cuidando la salud con un buen entrenamiento.

Esqueleto de un caballo PRE con su característica elevación. 
Amigos y seguidores de este nuestro blog, en esta entrada les quiero compartir el último artículo que escribí para la revista Passionpre, excelente publicación que les recomiendo seguir, pueden encontrar muchos articulos de profesionales del caballo PRE que les pueden interesar. 
En el anterior artículo hablamos de cómo adaptar el entrenamiento del caballo a la morfología de una parte de su cuerpo: el dorso, y el conjunto de partes del caballo que se ven comprometidas en su trabajo.
Hoy les quiero hablar del esqueleto del caballo PRE, es importante conocerlo un poco mejor porque es el sostén de la musculatura y el resto de órganos que forman un caballo.
Un PRE tiene el mismo número de huesos que cualquier otra raza de caballos, pero lo que le diferencia de otras razas, es la angulación de sus articulaciones, sobre todo en las extremidades.
Características del esqueleto del caballo PRE:
El tamaño de sus cervicales dan al PRE un cuello considerado de longitud media, ligeramente arqueado.
Tiene los hombros anchos y fuertes de menor inclinación que otras razas, las apófisis espinosas que forman la cruz son menos pronunciadas que los caballos con sangre inglesa.
Espaldas largas y algo oblicuas, costillas largas y arqueadas con un pecho con tendencia a ser ancho.
En los posteriores, la angulación de la cadera forma una grupa redonda y baja, las articulaciones que forman las nalgas están ligeramente arqueadas y las tibias son largas, los huesos del corvejón anchos y con angulación media, los huesos de las cañas traseras son largos.
Los huesos de las cañas de los miembros anteriores son proporcionados ni largos ni cortos, pero los de los antebrazos tienden a ser más largos que en otros caballos de silla, articulación de rodilla muy desarrollada, tiene la articulación del menudillo muy destacada y las cuartillas de ambas extremidades, proporcionadas, ni largas ni cortas.
Estas características junto a un dorso algo hundido y no muy largo pero ancho y arqueado, bien unido a la grupa, producen en el movimiento del PRE las características elevaciones de sus extremidades y el gesto del cuello erguido y cabeza alta.
Los músculos son realmente los responsables del movimiento del caballo, estos crean fuerza que es aplicada al hueso por los tendones, pero la angulación y el tamaño de los huesos y sus articulaciones dan las características al movimiento de cada ejemplar.
Un esqueleto fuerte y desarrollado en óptimas condiciones, da el soporte adecuado y evita el desgaste articular prematuro tan indeseado para la vida deportiva.
El esqueleto del caballo madura desde el momento de su nacimiento hasta que el caballo cumple los ocho años de edad.
El esqueleto está formado por placas de crecimiento que maduran cuando el cartílago que las forma se convierte en hueso.
El esqueleto del PRE madura seis meses más tarde que el de otras razas, por eso un ejemplar no estará casi maduro hasta los seis años, aunque su esqueleto no se cerrara completamente hasta que cumpla los ocho años.
Los huesos que forman las puntas de la nalga y la cadera suelen madurar entre los cinco años y medio y los seis, la columna vertebral sobre los siete años y los corvejones sobre los cinco.
La alimentación y el manejo cuando son potros, influye mucho en su posterior crecimiento y maduración musculo esquelética , no crece igual un caballo criado en libertad que uno estabulado, no se desarrolla igual un caballo que no se alimentó bien que uno que no le falto comida.
También las yeguas maduran seis meses antes que los caballos, cuanto más grande es un caballo más tarda en madurar su esqueleto.
El PRE deja de crecer a lo alto sobre los cinco años y medio.
El cuello y su columna vertebral tardaran otros tres años más en alcanzar la madurez adecuada para soportar los esfuerzos que demanda el deporte.
Así que tenemos un ejemplar maduro sobre los ocho años de vida.
Un caballo que de potro trabaja en exceso sufrirá dolor en las articulaciones y cojeras.
Un caballo que comienza su entrenamiento muy temprano, sufrirá las mismas consecuencias.
Un caballo que comienza a padecer cojeras y dolores en sus extremidades cuando aún no es adulto, no podrá tener una vida deportiva ni llegara sano a la madurez.
Cuando un caballo comienza a ser montado, la libertad y ligereza en sus movimientos se restringe, el movimiento que veíamos en libertad, al ser montado puede cambiar, esto se debe a la compensación que el caballo aprende cuando lleva un jinete encima.
Si el caballo continua con una formación adecuada, con el tiempo recuperara su gracia bajo la silla y sus movimientos mejoraran porque no hemos influido negativamente en su desarrollo.
En el proceso de adiestramiento, cambia el equilibrio del caballo y este aprende a equilibrarse con el jinete encima hasta que es lo suficientemente fuerte para trabajar en reunión, entonces el peso del jinete no influye para la ligereza y elevación en los movimientos del caballo, este proceso puede durar varios años y manifiesta el éxito del entrenamiento del caballo.
Mis consejos:
Hasta los cinco años, debemos trabajar más días pie a tierra que montados, podemos darle cuerda que lo pondrá más musculoso y trabajar con riendas largas, así aprenderá a girar y parar sin jinete y lo hará más confiado, porque pie a tierra se crea mayor confianza al comienzo del adiestramiento.
Montados, no nos excederemos en el tiempo de trabajo, si con un caballo maduro trabajamos una hora, con un potro la mitad será suficiente.
Un par de días podemos trabajarlo al aire libre, dando un paseo por el campo, esto es muy beneficioso para que aprenda a caminar fuera de la pista y también relaja su mente.
Trabajar los tres aires en una cadencia adecuada, no forzara las articulaciones, no puede haber precipitación alguna ni exceso de velocidad al trote y galope.
Importante: no sobrealimentar, el sobre peso daña las articulaciones.