miércoles, 4 de marzo de 2015

Aplomos del caballo.


Amigos y seguidores de este nuestro blog, por petición de algunos seguidores de este nuestro espacio dedicado al caballo y su buen manejo, hoy voy a hablarles de los aplomos del caballo PRE pues este tema del caballo Ibérico es uno de los favoritos de nuestros lectores.
Para valorar las extremidades de un caballo PRE nos fijaremos en sus aplomos, que son la alineación de sus extremidades con respecto a una línea imaginaria.
Antiguamente los veterinarios y otros entendidos en zoometría median los aplomos con la ayuda de una plomada  que es una cuerda con un peso al final que la mantiene recta, del uso de este sistema nos ha quedado el nombre de aplomos para referirnos a una alineación correcta de las extremidades de los caballos.
Un caballo con sus extremidades correctamente formadas y alineadas tendrá un mayor aprovechamiento de sus cualidades físicas y un mejor equilibrio a la hora de moverse.  
Cuando los aplomos presentan desviaciones hacia los lados, adelante o hacia atrás estamos ablando de malos aplomos, los malos aplomos son un grave defecto que afecta sobre todo a la funcionalidad del caballo PRE y a su salud porque los malos aplomos generan desgaste excesivo en las articulaciones y el excesivo desgaste articular genera cojeras.
Los buenos aplomos son una virtud que debemos de buscar siempre en nuestros sementales y yeguas de cría porque tanto los buenos aplomos como los malos, son un factor hereditario, por lo tanto el origen de unos malos aplomos es genético.
Los defectos de conformación en las extremidades del PRE  también pueden surgir por enfermedades, carencias alimenticias, obesidad, accidentes, problemas de crecimiento y otras causas relacionadas con el tipo de suelo en el que se desarrolla el potro.
Los  ganaderos y criadores de PRE tienen la obligación de pedir consejo a especialistas como veterinarios y herradores competentes, para aplomar e ir corrigiendo a sus potros los aplomos desde pequeños, evitando que el progresivo aumento de peso y volumen deforme aún más las articulaciones. La cría en libertad, también puede aportar beneficios al desarrollo de las extremidades.
Nunca debemos de intentar corregir los aplomos de un caballo adulto, esto puede ser perjudicial para el caballo porque su esqueleto ya está consolidado y no se puede ir ya en contra de su naturaleza.
Los buenos aplomos del PRE:
Primero nos fijaremos en sus extremidades anteriores, es importante que las tengamos en cuenta porque el caballo soporta el 60% de su peso corporal sobre estas.
Además el caballo PRE se caracteriza por tener un tercio anterior poderoso con un gran cuello que aporta aún más peso al conjunto.
De abajo arriba un buen caballo debe de tener unos cascos sanos bien conformados, tirando a anchos y con talones ni largos ni estrechos, las lumbres (que son la parte delantera del casco) deben de estar centradas así por delante el casco será uniforme y tendrá el mismo diámetro en cada extremidad. 
Las cuartillas no serán demasiado largas y deben de estar alineadas con las cañas que no deben de ser muy cortas y estas con las rodillas que deben de ser fuertes y no deben de estar juntas. Los antebrazos serán musculosos y también estarán alineados con todo el conjunto formado por toda la extremidad anterior, deben de apreciarse rectitud y armonía al mirar los dos remos delanteros del caballo.
Los remos posteriores, mirando desde el casco hacia arriba, deben de tener también unos cascos saludables como los que hemos citado antes, unas cuartillas ni cortas ni largas y unas cañas bien alineadas con los corvejones, buscaremos un buen hueso que de fortaleza al conjunto y unos corvejones que no sean rectos ni cerrados de atrás.
Mirando desde atrás al caballo bien plantado, desde los dos lados de la grupa a un palmo de la cola cada una, hasta abajo en los cascos, podemos trazar dos líneas imaginarias paralelas que pasen desde el anca hacia el corvejón y bajen por las cañas hasta la mitad del casco, si podemos hacer estas dos líneas  sin que se descentren a lo largo de toda la extremidad tendremos unos aplomos traseros perfectos.
El modelo de aplomos ideal es aquél que reparte proporcionalmente el peso del caballo sobre sus cuatro cascos bien formados, con una relación de kilogramos por centímetros cuadrados. Esta presión debe ser idéntica en cualquier punto del perímetro del casco donde apoya la herradura.
Se puede comprobar sencillamente porque los cascos deben crecer por igual, con su forma correcta y sin deformaciones. Cuando no es así, el casco crece deforme y desigual, sin causa aparente, lo que es síntoma de que la presión sobre el casco no está equilibrada. Un desequilibrio que normalmente es consecuencia de la desviación de alguna de las articulaciones que forman sus extremidades. La parte del casco que está sobrecargada siempre será la que peor crece, mientras que la zona del casco que no soporta el peso del caballo crece en exceso y con tendencia a alejarse de la extremidad.

Los malos aplomos del PRE:
Debemos de tener en cuenta que las incorrecciones de aplomos están muy fijadas genéticamente en los ejemplares de algunos orígenes y estirpes dentro del caballo de Pura Raza Española. La transmisión de esos defectos es de carácter dominante y corregirlos es muy difícil, a veces refrescar la sangre, con ejemplares de diferentes líneas con fuerza como para corregirlos, pueden conllevar la pérdida de otras características morfológicas que sean distinción en el PRE.
En un manual sobre equitación del siglo XIX escrito por un autor inglés que no quiero citar, leí con asombro que una de las características del caballo Andaluz (ahora PRE) eran sus malos aplomos en sus extremidades anteriores.
Si leemos la obra del Sr. Altamirano sobre la historia del PRE, podemos también confirmar que los malos aplomos eran un defecto muy extendido entre los PRE a lo largo de su historia y que desde hace poco tiempo se está empezando a subsanar en búsqueda de un caballo más funcional.
Defectos del tercio anterior:
Defectos del caso:
Izquierdo: La pinza del casco nace hacia más a fuera de lo normal, así que los menudillos de ambos miembros rozan o se golpean constantemente y el andar es inseguro. 
Estevado: La pinza del casco se encuentra desviada más adentro de lo normal, se presenta debilidad en el apoyo e inseguridad en su andar.
Plantado: Se le nombra de esta forma cuando en el casco del caballo cae el mayor apoyo en los talones, esto trae como consecuencia que los músculos flexores así como los ligamentos y tendones de la región se encuentren siempre tensos y por lo tanto fatigados.
Remetido: Se le llama así, cuando el casco se ve inclinado hacia adelante, arrastra las pinzas de los cascos anteriores y se tropieza con frecuencia.
Subiendo desde el casco hacia arriba:
Cuartillas largas: El menudillo queda muy por detrás, así que se ejerce una mayor tensión sobre los ligamentos y tendones del mismo. En presencia de este defecto de conformación el andar del caballo es suave pero se fatiga rápidamente por la tensión constante que existe sobre el pie.
Rodillas demasiado “sobresalidas” o muy remetidas: son defectos muy graves que sobre todo tienen las yeguas PRE que suelen ser muy anchas de pecho, las rodillas “sobresalidas” afectan a la marcha produciendo un trote muy plano y las rodillas remetidas son síntomas de desgaste articular y vejez.
Defectos de aplomos de los cuartos traseros:
Desde el casco hacia arriba:
Cascos abiertos: a veces hay caballos que presentan una extremidad con el casco mirando hacia afuera más de lo normal, este defecto produce que se acerque mucho el menudillo al otro casco cuando trotan y que esto genere roces, alcances y heridas.
Si los dos cascos están muy abiertos los menudillos se cerraran y los corvejones se juntarán, además de que el caballo se alcanzara al trotar en los talones, también perderá fuerza de empuje y nunca tendrá un trote brillante.
Cerrado de corvejones: los corvejones están juntos y mirando hacia dentro, este defecto muy común quita fuerza y resta funcionalidad al caballo, perjudica también mucho al galope.
Corvejones rectos: el ángulo que forman mirándolos de costado es más recto de lo normal, este defecto es muy común en caballos de grupa muy alta y produce un sobreesfuerzo en los corvejones que genera lesiones cuando empezamos a reunir al caballo al montarlo.
En resumen, podremos contemplar algunos defectos muy extendidos dentro del PRE, pero nunca los aceptaremos como típicos o característicos de la raza, el deber del ganadero y criador de PRE es poner atención a estos defectos y luchar por su radicación a la hora de seleccionar sus yeguas y sementales destinados a la cría.
Los defectos relacionados con su funcionalidad son los más importantes a tener en cuenta porque un caballo sin fuerza ni buenos movimientos no tiene salida en el mercado y en general desprestigia a su raza porque el caballo se cría para ser montado.