domingo, 30 de octubre de 2016

Soluciones a problemas comunes

Una buena relación nace del respeto y afecto.
Amigos y seguidores de este nuestro blog, este mes les voy a dar unos consejos muy útiles para mejorar su relación con sus caballos Ibéricos durante su adiestramiento.

Todas las personas que trabajamos con caballos tenemos la obligación de tener unos conocimientos mínimos sobre la naturaleza del caballo.
Tenemos que recordar que aunque sea un animal doméstico, no deja de ser eso, un animal instintivo que piensa y siente de manera similar a otros herbívoros.
Hay personas que tienden a otorgar comportamientos humanos a los caballos, es decir a humanizar al animal, otras al contrario, someten por la fuerza al caballo.
Los dos comportamientos me parecen excesivos, conociendo la psicología animal he aprendido que el caballo no quiere ser humano ni tampoco un objeto al que quitarle toda su libertad al someterlo.
El caballo quiere encontrar su sitio en su manada y colaborar con el hombre si este lo respeta y atiende sus necesidades naturales.
Si un jinete entiende la naturaleza del caballo podrá llegar a un buen entendimiento en su manejo.
El caballo es un animal de manada, en ella se siente protegido, a ningún animal le gusta estar solo. Las luchas por el liderazgo que observamos en los potros son inducidas por el instinto, son luchas feroces, recordemos la fuerza del animal, pero por otro lado los caballos también se relacionan con sensibilidad y afecto. Cuando un potro deja de pelear es porque acepta su sitio en la jerarquía de la manada, a veces se ven obligados a buscar un nuevo grupo o crear el suyo propio obligando a otras yeguas a seguirle.
Lo curioso es que la experiencia y las decisiones vitales en las manadas la suelen tomar yeguas veteranas, los machos tienen más el papel de proteger y reproducirse con su grupo.
Todo jinete debe de saber que el caballo en su relación con el hombre acepta esa jerarquía.
Un jinete tranquilo con la suficiente experiencia que actúe de forma coherente, será aceptado como su líder por el caballo.
El caballo no es un animal que ataque por propia iniciativa, más bien es un animal de huida, peleara si no le queda otra opción. Para los herbívoros la huida inmediata es la mejor protección por ese motivo la inseguridad puede llevarle al comportamiento de huida, un caballo que entra en pánico puede ser peligroso.
El caballo no puede evitar tener ese carácter esquivo y huidizo, está en su instinto, nunca debemos castigarlo por ese comportamiento.
Nuestro deber es ganarnos su confianza con paciencia y afecto, mostrarle situaciones nuevas sin crearle estrés, acostumbrarlo a colaborar con el hombre de forma que sea positiva para ambos.

El caballo necesita hacer ejercicio, en su estado natural camina todo el día para buscar comida, necesita sentir el aire, la luz y relacionarse con sus congéneres. Hay que tener en cuenta todo esto cuando lo tenemos estabulado y en su manejo diario.
Por este motivo cada vez hay más personas que dejan sus caballos la mitad del día sueltos en potreros, así son felices en un entorno más natural para ellos.
En este siglo XXI estoy viendo crecer entre los jinetes una nueva corriente de pensamiento, ahora se busca la colaboración con el caballo, ya no es el sometimiento la base del adiestramiento, las personas ven al caballo como un compañero, no como una herramienta o alguien al que anular sus voluntades. El adiestramiento sabio acostumbra al caballo a colaborar con el hombre a cambio de un estímulo que le parezca atractivo (ejemplo: un azucarillo cuando entiende lo que se le pide), este estimulo será menos decisivo en el futuro cuando el caballo tome por habito el trabajar con el hombre.
Todos los caballos tienen caracteres y características que les diferencian entre sí.
Por este motivo no todos reaccionan igual durante su adiestramiento, en este artículo les voy a mostrar algunos problemas y soluciones que nos pueden suceder al adiestrar un caballo pura raza español.

Caballos asustadizos:
Una de las virtudes del caballo PRE es su valor y calma ante lo que le rodea, pero también hay caballos que sienten miedo con facilidad al ver cosas nuevas o colores llamativos.
Contra este miedo la solución es acostumbrar al caballo a nuevos estímulos sin dar importancia a sus reacciones, es decir, si el caballo sale al galope al ver un perro, no lo frenen, aprovechen y trabajen el galope en círculos hasta que el caballo se calme y se acostumbre a el.

A veces el miedo lo tienen a las personas, pues acostumbremos al caballo a que el trato con el ser humano es bueno, que quiero decir, pues cada vez que estemos frente al caballo acariciémoslo, darle golosinas es también muy efectivo.
Existen dos razones para que los caballos se asusten:
Las actitudes o reacciones del jinete y los ruidos, objetos llamativos o incidentes externos.
Ante estos problemas, ofrezco estas soluciones: Primero no criticar ni maltratar por la actitud del caballo, segundo no dejar que la ira o el temor nos hagan ser bruscos con el animal. No es necesario averiguar por qué el caballo se asusta,  si lo hacemos le damos la razón al caballo, es mejor simplemente continuar trabajando sin prestar atención.
Muchas tensiones las produce en el caballo el propio jinete, si el caballo se asusta por culpa del jinete, el caballo puede perder la confianza en nuestro liderazgo.
Muchas veces el caballo es el espejo en el que se ven reflejados los defectos del jinete.
Un jinete con miedo o ansiedad, es propenso a causar tensiones en su monta que se reflejan en el comportamiento del caballo, pasa lo mismo con jinetes que utilizan ayudas muy toscas, piernas y manos demasiado duras, en resumen cualquier exigencia excesiva.

¿Cómo darnos cuenta de que algo no va bien?
Cuando un caballo se siente estresado, empieza a asustarse.
La sensación en las riendas se vuelve pesada, inestable o se pierde el contacto.
Los aires pierden su gracia, se vuelven planos, irregulares.
El dorso del caballo se hunde porque el cuello del caballo se tensiona.
Su cola se mueve incesante, latiguea.
Ojos tristes, sin expresión.
¿Cómo terminar con la tensión?

El mejor remedio es no prestar atención directa al estado de excitación del caballo y relajarnos, tenemos que transmitirle confianza y demostrarle que somos el líder utilizando nuestra inteligencia.
También suavizar nuestras ayudas y hacer trabajos sencillos premiando los momentos de calma y concentración del caballo son de gran ayuda para acostumbrar al caballo a trabajar sin tensión.
Debemos de ser agradecidos con el caballo, que quiero decir con esto, pues premiar los avances con una caricia, una palmadita, darle un azucarillo. Es recomendable que el jinete construya un vínculo afectivo y de confianza con el caballo, esto mejorara su relación y ayudara a que su adiestramiento sea más sencillo.

Otros problemas en el adiestramiento:
Caballo rígido, difícil de incurvar. Este problema es debido a tensiones en el cuello y dorso. El problema viene de un jinete con manos duras y dominantes.
Trote y galope incomodos para sentarse. Este problema es debido a que los músculos del dorso no se usan bien, falta equilibrio y actividad. El problema es causado por rigidez del jinete o una monta muy forzada.
Caballo que corre, precipita los aires. Este problema viene del desequilibrio, dolor, nerviosismo, dorso no relajado. A veces la causa es un jinete duro con sus ayudas.
Rechinar de dientes, boca abierta, saca la lengua. Este es el claro reflejo de un caballo que no se siente bien al ser montado, tal vez siente dolor o angustia emocional o su jinete es muy dominante y abusa de sus manos.
Caballo pesado en las riendas. Este problema se debe a la falta de actividad y equilibrio, el caballo se carga en las espaldas. Este problema es debido a que el jinete es rígido no da bien sus ayudas, usa las manos para bajar la cabeza.
Caballo que se tuerce. Puede ocurrir que el caballo tenga dolor en algún miembro o que el jinete lo comenzó a reunir muy pronto.
Caballo que cabecea. Puede ser que el caballo sienta dolor en el dorso, debido a una montura mal ajustada o tenga problemas dentales.
Caballo que se alcanza la mano con el pie. Este problema es debido a que el caballo usa de forma activa los posteriores pero su dorso no trabaja adecuadamente, también un mal herraje puede ser la causa.

Soluciones:

La fórmula más recomendable para manejar bien a los caballos es seguir la escala de formación de la FEI.
Debemos de montar desde atrás hacia delante, dar prioridad a nuestras piernas y asiento antes que las manos.
No sobre esforzar al caballo y ponerle una silla adecuada que no lo lastime, también utilizaremos una embocadura suave y adecuada a la longitud y ancho de su boca.
Herrar al caballo periódicamente por un buen herrador que lo aplome de forma correcta.
La opinión de un experto es muy valiosa, yo recomiendo tomar clases de equitación con alguien con la experiencia suficiente.