Reunión no es lo mismo que "poner en la mano" pero una acción necesita de la otra. |
El primer año de doma se ha basado en el entrenamiento gimnástico del caballo, se han desarrollado sus músculos, tendones, corazón y pulmones para que el caballo gane fuerza y resistencia y también mayor desarrollo del equilibrio, idéntica habilidad en ambos lados y capacidad gimnástica bajo la montura.
Estos objetivos los lograremos superar si hemos sido coherentes a la hora de exigir el esfuerzo necesario a nuestro caballo, el jinete debe respetar las capacidades físicas del caballo y nunca debe agotarlas, en mi camino me he encontrado a muchos jinetes que destrozaban sus caballos poco a poco sin darse cuenta haciendo cosas para mi impensables como por ejemplo dar más de media hora de cuerda a un potro y luego darle otra media hora de trabajo montado obligandoles a caminar a fustazos cuando estos ya no podían con la fatiga, estas malas practicas las hacen personas que temen a los caballos, estas personas no tienen ningún afecto a sus caballos y los van desgastando hasta que a una edad prematura quedan inútiles para la doma.
Mi maestro, era un hombre muy respetuoso con los caballos, el los amaba y tenía sus propios metodos, cuando tenía que domar a sus potros los montaba solo cuatro veces a la semana media hora cada sesión y el resto de la semana los juntaba en un prado para que jugaran y estuvieran sueltos en libertad, nunca un caballo le intento tirar o le hizo un mal gesto, con el tiempo aquellos potros se convirtieron en caballos de gran premio, era digno de admiración su trabajo.
Volviendo al tema que estamos hoy tratando, con el trabajo del primer año de doma superado, gradualmente introduciremos ejercicios más avanzados y aires reunidos, cuando hemos trabajado con respeto a nuestro caballo este adquirirá madurez mental y relajación, se convertirá en un generoso trabajador con confianza en el liderazgo humano.
Para ganar un control preciso, el jinete debe aprender a contener y alinear al caballo utilizando el asiento, las piernas y las manos. Ambas piernas y ambas riendas, junto al asiento, deben estar en contacto constante con el caballo.
Si falta el contacto en algunas de estas partes, el caballo ya no irá colocado, creando huecos por los que se fugará la energía del caballo. El resultado será un caballo torcido, con un ritmo pobre y una actividad y equilibrio escasos.
Nos podemos encontrar en este camino con estas díficultades:
El caballo abre o fuerza la mandíbula.
Tragarse o sacar la lengua.
La base del cuello se incurva más de lo necesario.
El cuello del caballo se rompe o se tuerce en la tercera vértebra, por detrás de la nuca.
El caballo bascula la nuca, torciendo el cuello.
Estos problemas surgen de la mala utilización de las ayudas impulsoras y ayudas excesivas por parte de las manos y riendas.
Las ayudas correctas generan impusión, crean un ritmo adecuado y dirigen el movimiento con facilidad, también son discretas.
Las ayudas incorrectas obligan al caballo por la fuerza, generan más impulsión de la que el jinete puede dirigir o no crean la impulsión suficiente para que el caballo acepte el contacto con la embocadura.
Las ayudas incorrectas no permiten al jinete tener un buen asiento, ni tener un contacto suave y estable.
Las ayudas incorrectas también sorprenden y asustan al caballo y son aquellas que castigan y obligan al caballo a hacer cosas que no puede hacer.
Para conseguir poder dar unas ayudas correctas primero debemos conseguir un buen asiento, y así colocaremos gracias a la impulsión bien dosificada una posición correcta de la cabeza del caballo:
La nuca sera el punto más alto de todo el cuerpo del caballo.
La nariz debe ir ligeramente por delante, o en la vertical, nunca por detrás.
Orejas niveladas.
El jinete, siendo el causante de la acción, hace que el caballo marche activamente hacia delante a través de su dorso. La impulsión pasa a través del dorso del caballo, su cuello, nuca y mandíbula hacia la embocadura y vuelve a las manos del jinete por las riendas, a los codos, hombros, baja por la columna vertebral y ejerce una influencia directa en el dorso a través de los isquiones del jinete bajo su asiento que genera junto con la pierna la energía hacia delante con trancos amplios y un contacto suave en las manos que son la base del trabajo correcto. Este trabajo también es conocido como "poner en la mano al caballo."
Este acepta nuestras ayudas, y toma un contacto suave y estable; Desde la puesta en mano llega la reunión que es el objetivo final del adiestramiento.
Durante el primer año de doma, el paso será siempre con riendas largas, a partir del segundo año ya podemos acortar un poco más las riendas y practicar círculos más pequeños, el trabajo al paso no debe deteriorar la calidad del aire ni basarse en la tracción de las manos del jinete, siempre los momentos de trabajo al paso reunido serán breves y estarán precedidos de otros momentos de paso largo o trote activo, así evitaremos problemas como la ambladura.
Los trabajos al trote en el nivel II incluirán todas las figuras de escuela como círculos, serpentinas, diagonales, medias vueltas y todos los giros a lo largo y ancho de la pista.
Cuidaremos en cambiar mucho de mano, no os dediqueís a dar vueltas a la pista a la misma mano y en línea recta, así se aburren los caballos.
En esta etapa introduciremos la cesión a la pierna, el giro sobre los anteriores y empezaremos a enseñar la espalda adentro, primero hacia el muro y luego adentro.
Los trabajos al galope, serán los círculos, las transiciones trote-galope, galope-trote, paso-galope, galope-paso e introduciremos los primeros trabajos en trocado a lo largo de las paredes de la pista.
Recordar en el calentamiento y durante el final de la sesión trotar "hacia delante y abajo" dejar que se estiren los caballos y darles pausas entre ejercicicio y ejercicio de unos minutos al paso con las riendas largas, cuando terminemos el trabajo, más paso con riendas largas y guardar al caballo fresco y mentalmente sano.