Amigos y seguidores de este nuestro blog, hoy me gustaría hacerles una recomendación, soliciten siempre para sus caballos los servicios de un buen herrador, les puede ser de gran ayuda sobre todo si tienen un problema de aplomos, yo recomiendo recortar y aplomar bien los cascos a los caballos desde que son potrillos, así evitaremos problemas más adelante.
Hoy les voy a hablar de uno de los peores problemas que podemos encontrarnos relacionado con la salud del casco del caballo, me refiero al llamado "cuarto" o fisura de casco.
El casco epidérmico (insensible) es una estructura córnea con una gran cantidad de túbulos donde encajan las papilas de la corona, que unidas forman la zona de crecimiento del casco; los túbulos se mantienen unidos entre sí por una capa de queratina. El casco necesita que su capa córnea sea lo suficientemente dura para que proteja las estructuras internas de la contusión continua al apoyarse en la superficie, pero debe ser lo suficientemente flexible para que absorba dichos
impactos, haga su función de amortiguación e impida que las estructuras internas se lesionen.
La integridad de esta capa depende de la unión de la queratina, si esta falla, los túbulos corneales se separan y no se unen nuevamente, pues esta sustancia no tiene la capacidad de cicatrizar; la única forma en que la integridad de dicha estructura se recupera es creciendo nuevamente en una sola unidad y sin solución de continuidad. A la separación de los túbulos corneales, es decir, la solución de continuidad de la sustancia córnea del casco se le denomina “cuartos”o “fisuras del casco” y es un problema frecuente en los equinos, pero su manejo es negligente y se pierden muchos animales por esta patología. Cuando esta solución de continuidad penetra profundamente en la epidermis, puede traspasarla completamente y llegar hasta la dermis (zona sensible del casco) produciendo un pellizco de dicha zona con las partes que se separan al momento del apoyo y luego se aproximan en la elevación del
miembro; este pellizco produce un trauma constante originando dolor y la consiguiente claudicación y defensa del caballo; en casi todas las ocasiones donde se compromete la zona sensible hay un sangrado posterior al trabajo o ejercicio del equino.
Las fisuras en el casco se presentan de dos formas: longitudinales, en la misma dirección de los túbulos corneales, con o sin compromiso de la zona sensible; y transversales, que invariablemente se presentan con separación de la dermis de la epidermis.
Siempre que se encuentren con un problema así llamen primero al veterinarío y que este les recomiende un herrador experto en ortopedia equina, hay muchos casos que se han solucionado gracias a buenos profesionales.
sábado, 3 de marzo de 2012
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