lunes, 15 de julio de 2013
Doma del potro Ibérico II
Continuando con los artículos anteriores que hablaban de la doma del potro ibérico, en este artículo les voy a hablar de la siguiente fase de los objetivos a buscar durante el primer año de su doma.
El primer y más importante objetivo durante el inicio del adiestramiento del caballo joven es conseguir un caballo relajado y flexible.
Cuando digo relajado me refiero que no muestre tensión ni miedo y tiene que estar atento y dispuesto al trabajo, no debemos confundir relajación con falta de actividad que la solemos encontrar en caballos fríos y perezosos.
El buen carácter del caballo ibérico a veces es propicio a volverlo un caballo un poco frio, el deber del jinete que tiene la misión de adiestrar un caballo ibérico es el de convertir a su caballo en un caballo atento y de fácil respuesta a las ayudas.
Esto se consigue desde el inicio de la doma del caballo joven, primero no agotándolo nunca porque el caballo puede tomar el habito de arrastrar los pies o no esforzarse al máximo porque sabe que por costumbre el jinete lo agota, entonces el animal que es inteligente va ahorrando su energía que le hará falta más adelante si se alarga la sesión.
Debemos mantener siempre a nuestros caballos frescos y atentos e ir musculándolos progresivamente para conseguir su máximo rendimiento sin forzarlos.
Partiendo de que tenemos un caballo atento y dispuesto a trabajar, la siguiente fase en su formación será la de conseguir la flexibilidad que junto con el ritmo, es un objetivo esencial de la doma y del entrenamiento diario. Incluso manteniendo el ritmo, el movimiento no puede considerarse correcto a no ser que el caballo esté trabajando a través del dorso y sus músculos estén libres de toda tensión.
La flexibilidad no solo en esta fase inicial se debe tener en cuenta también a lo largo de todo el entrenamiento del caballo debe ser comprobada y reforzada regularmente.
Únicamente si el caballo se encuentra libre, física y mentalmente, de toda tensión o contracción, podrá trabajar con flexibilidad y sacar el máximo rendimiento de si mismo.
Las articulaciones del caballo deben flexionarse y extenderse de forma uniforme en ambos lados del cuerpo y a cada tranco. El caballo debe dar la impresión de estar totalmente entregado, en cuerpo y mente, al trabajo.
Entre los caballos ibéricos podemos encontrarnos con caballos tranquilos tirando a fríos como he dicho anteriormente y también caballos más rápidos de respuesta o más calientes.
El carácter del caballo ibérico a veces se puede predecir atendiendo a su morfología los caballos más anchos y gruesos de formas suelen ser más fríos y los más estilizados suelen ser más movidos.
Los caballos más movidos suelen dar problemas a veces de rigidez y resistencias que son creadas a veces por la tensión en el trabajo, ya que al ser más sensibles a las ayudas necesitan un trabajo más cuidadoso y paciente, estos problemas restan flexibilidad y destruyen la calidad del adiestramiento.
Los caballos ibéricos más gruesos por el contrario suelen dar problemas de falta de impulsión y rigideces laterales causadas por el exceso de grasa entre su musculatura.
La falta de flexibilidad puede manifestarse de muchas maneras, Ej.: rigidez del dorso, cola severamente agitada, fallos de ritmo, falta de actividad de los posteriores, falta de rectitud, una boca tensa y seca.
Indicadores de flexibilidad son:
Una expresión alegre y vivaz – ausencia de ansiedad
La elasticidad de los trancos – la habilidad de estirar y contraer la musculatura suave y fluidamente.
Una boca tranquila que tasca la embocadura suavemente y un contacto
elástico.
Un dorso móvil; con la cola relajada.
Respiración suave y rítmica, que demuestra que el caballo está relajado, física y mentalmente.
La mejor confirmación y prueba de flexibilidad es visible en el momento en que se le dan las riendas: el caballo alarga la línea superior, estirando el cuello hacia abajo y hacia la embocadura sin perder nunca ni el ritmo ni el equilibrio.
Muchas veces los caballos ibéricos se “retrotan” cuando durante el trabajo se sienten incomodos, este es un problema con el que debemos luchar muy a menudo los jinetes que nos dedicamos a montar este tipo de caballos, mi consejo es trabajar mucho el paso medio y paso con riendas largas y pasar barras de tranqueo y cavaletis al paso, después de un momento de tensión.
Etiquetas:
Técnicas de adiestramiento.
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