Amigos y seguidores de este nuestro blog, por petición de algunos seguidores de este nuestro espacio dedicado al caballo y su buen manejo, hoy voy a hablarles de los aplomos del caballo PRE pues este tema del caballo Ibérico es uno de los favoritos de nuestros lectores.
Para valorar las extremidades de un caballo PRE nos fijaremos
en sus aplomos, que son la
alineación de sus extremidades con respecto a una línea imaginaria.
Antiguamente
los veterinarios y otros entendidos en zoometría median los aplomos con la
ayuda de una plomada que es una cuerda
con un peso al final que la mantiene recta, del uso de este sistema nos ha
quedado el nombre de aplomos para referirnos a una alineación correcta de las
extremidades de los caballos.
Un caballo con
sus extremidades correctamente formadas y alineadas tendrá un mayor
aprovechamiento de sus cualidades físicas y un mejor equilibrio a la hora de
moverse.
Cuando los
aplomos presentan desviaciones hacia los lados, adelante o hacia atrás estamos
ablando de malos aplomos, los malos aplomos son un grave defecto que afecta
sobre todo a la funcionalidad del caballo PRE y a su salud porque los malos
aplomos generan desgaste excesivo en las articulaciones y el excesivo desgaste
articular genera cojeras.
Los buenos
aplomos son una virtud que debemos de buscar siempre en nuestros sementales y
yeguas de cría porque tanto los buenos aplomos como los malos, son un factor
hereditario, por lo tanto el origen de unos malos aplomos es genético.
Los defectos
de conformación en las extremidades del PRE
también pueden surgir por enfermedades, carencias alimenticias,
obesidad, accidentes, problemas de crecimiento y otras causas relacionadas con
el tipo de suelo en el que se desarrolla el potro.
Los ganaderos y criadores de PRE tienen la
obligación de pedir consejo a especialistas como veterinarios y herradores
competentes, para aplomar e ir corrigiendo a sus potros los aplomos desde
pequeños, evitando que el progresivo aumento de peso y volumen deforme aún más las
articulaciones. La cría en libertad, también puede aportar beneficios al
desarrollo de las extremidades.
Nunca debemos
de intentar corregir los aplomos de un caballo adulto, esto puede ser perjudicial
para el caballo porque su esqueleto ya está consolidado y no se puede ir ya en
contra de su naturaleza.
Los buenos
aplomos del PRE:
Primero nos
fijaremos en sus extremidades anteriores, es importante que las tengamos en
cuenta porque el caballo soporta el 60% de su peso corporal sobre estas.
Además el
caballo PRE se caracteriza por tener un tercio anterior poderoso con un gran
cuello que aporta aún más peso al conjunto.
De abajo
arriba un buen caballo debe de tener unos cascos sanos bien conformados,
tirando a anchos y con talones ni largos ni estrechos, las lumbres (que son la
parte delantera del casco) deben de estar centradas así por delante el casco
será uniforme y tendrá el mismo diámetro en cada extremidad.
Las cuartillas
no serán demasiado largas y deben de estar alineadas con las cañas que no deben
de ser muy cortas y estas con las rodillas que deben de ser fuertes y no deben
de estar juntas. Los antebrazos serán musculosos y también estarán alineados
con todo el conjunto formado por toda la extremidad anterior, deben de
apreciarse rectitud y armonía al mirar los dos remos delanteros del caballo.
Los remos
posteriores, mirando desde el casco hacia arriba, deben de tener también unos
cascos saludables como los que hemos citado antes, unas cuartillas ni cortas ni
largas y unas cañas bien alineadas con los corvejones, buscaremos un buen hueso
que de fortaleza al conjunto y unos corvejones que no sean rectos ni cerrados
de atrás.
Mirando desde
atrás al caballo bien plantado, desde los dos lados de la grupa a un palmo de
la cola cada una, hasta abajo en los cascos, podemos trazar dos líneas
imaginarias paralelas que pasen desde el anca hacia el corvejón y bajen por las
cañas hasta la mitad del casco, si podemos hacer estas dos líneas sin que se descentren a lo largo de toda la
extremidad tendremos unos aplomos traseros perfectos.
El modelo de aplomos ideal es aquél que reparte
proporcionalmente el peso del caballo sobre sus cuatro cascos bien formados,
con una relación de kilogramos por centímetros cuadrados. Esta presión debe ser
idéntica en cualquier punto del perímetro del casco donde apoya la herradura.
Se puede comprobar sencillamente porque los cascos deben
crecer por igual, con su forma correcta y sin deformaciones. Cuando no es así,
el casco crece deforme y desigual, sin causa aparente, lo que es síntoma de que
la presión sobre el casco no está equilibrada. Un desequilibrio que normalmente
es consecuencia de la desviación de alguna de las articulaciones que forman sus
extremidades. La parte del casco que está sobrecargada siempre será la que peor
crece, mientras que la zona del casco que no soporta el peso del caballo crece
en exceso y con tendencia a alejarse de la extremidad.
Los malos
aplomos del PRE:
Debemos de
tener en cuenta que las incorrecciones de aplomos están muy fijadas
genéticamente en los ejemplares de algunos orígenes y estirpes dentro del
caballo de Pura Raza Española. La transmisión de esos defectos es de carácter
dominante y corregirlos es muy difícil, a veces refrescar la sangre, con
ejemplares de diferentes líneas con fuerza como para corregirlos, pueden
conllevar la pérdida de otras características morfológicas que sean distinción
en el PRE.
En un manual
sobre equitación del siglo XIX escrito por un autor inglés que no quiero citar,
leí con asombro que una de las características del caballo Andaluz (ahora PRE)
eran sus malos aplomos en sus extremidades anteriores.
Si leemos la
obra del Sr. Altamirano sobre la historia del PRE, podemos también confirmar
que los malos aplomos eran un defecto muy extendido entre los PRE a lo largo de
su historia y que desde hace poco tiempo se está empezando a subsanar en
búsqueda de un caballo más funcional.
Defectos del
tercio anterior:
Defectos del
caso:
Izquierdo: La pinza del casco nace hacia más a fuera de lo
normal, así que los menudillos de ambos miembros rozan o se golpean
constantemente y el andar es inseguro.
Estevado: La pinza del casco se encuentra desviada más
adentro de lo normal, se presenta debilidad en el apoyo e inseguridad en su
andar.
Plantado: Se le nombra de esta forma cuando en el casco del
caballo cae el mayor apoyo en los talones, esto trae como consecuencia que los
músculos flexores así como los ligamentos y tendones de la región se encuentren
siempre tensos y por lo tanto fatigados.
Remetido: Se le llama así, cuando el casco se ve inclinado
hacia adelante, arrastra las pinzas de los cascos anteriores y se tropieza con
frecuencia.
Subiendo desde el casco hacia arriba:
Cuartillas largas: El menudillo queda muy por detrás, así
que se ejerce una mayor tensión sobre los ligamentos y tendones del mismo. En
presencia de este defecto de conformación el andar del caballo es suave pero se
fatiga rápidamente por la tensión constante que existe sobre el pie.
Rodillas demasiado “sobresalidas” o muy remetidas: son
defectos muy graves que sobre todo tienen las yeguas PRE que suelen ser muy
anchas de pecho, las rodillas “sobresalidas” afectan a la marcha produciendo un
trote muy plano y las rodillas remetidas son síntomas de desgaste articular y
vejez.
Defectos de aplomos de los cuartos traseros:
Desde el casco hacia arriba:
Cascos abiertos: a veces hay caballos que presentan una
extremidad con el casco mirando hacia afuera más de lo normal, este defecto
produce que se acerque mucho el menudillo al otro casco cuando trotan y que
esto genere roces, alcances y heridas.
Si los dos cascos están muy abiertos los menudillos se
cerraran y los corvejones se juntarán, además de que el caballo se alcanzara al
trotar en los talones, también perderá fuerza de empuje y nunca tendrá un trote
brillante.
Cerrado de corvejones: los corvejones están juntos y mirando
hacia dentro, este defecto muy común quita fuerza y resta funcionalidad al
caballo, perjudica también mucho al galope.
Corvejones rectos: el ángulo que forman mirándolos de
costado es más recto de lo normal, este defecto es muy común en caballos de
grupa muy alta y produce un sobreesfuerzo en los corvejones que genera lesiones
cuando empezamos a reunir al caballo al montarlo.
En resumen,
podremos contemplar algunos defectos muy extendidos dentro del PRE, pero nunca
los aceptaremos como típicos o característicos de la raza, el deber del
ganadero y criador de PRE es poner atención a estos defectos y luchar por su
radicación a la hora de seleccionar sus yeguas y sementales destinados a la
cría.
Los defectos
relacionados con su funcionalidad son los más importantes a tener en cuenta
porque un caballo sin fuerza ni buenos movimientos no tiene salida en el
mercado y en general desprestigia a su raza porque el caballo se cría para ser
montado.