Potro PRE, con una línea de dorso grupa más cercana al patrón cuadrado. |
Para obtener resultados adecuados, debemos pensar en cada caballo como un atleta diferente, con sus puntos fuertes y sus puntos débiles, estos últimos son a los que debemos prestar más atención.
Los mejores caballos de doma que he conocido, por sus proporciones morfológicas podrían entrar dentro de la figura geométrica de un cuadrado, imagínense, tres lados iguales formados por dorso y extremidades delanteras y traseras, el cuarto lado sería la línea imaginaria formada por las distancia entre anteriores y posteriores sobre el suelo.
En este cuadrado imaginario no entraría la mayoría del cuello ni la cabeza, pues esta saldría del cuadrado imaginario que forma solo el cuerpo y las extremidades.
Actualmente es más fácil encontrar caballos que entrarían dentro de un rectángulo, más largos de dorso y cortos de extremidades.
En los caballos PRE también se da esta característica, he conocido caballos PRE cercanos morfológicamente hablando al patrón cuadrado, que demostraron su talento en la competición, actualmente la mayoría de caballos PRE que encontramos son más cercanos al suelo, pues tienen extremidades cortas porque también son más largos de dorso.
Esta característica empezó a darse a principios de los años 20 por recomendación de los veterinarios de la yeguada militar en los centros de reproducción del estado español.
Los veterinarios pensaban en aquella época que las yeguas largas de dorso y anchas de caja torácica tenían ventaja a la hora de gestar los potros en su vientre, ya que estos al tener un buen espacio, se desarrollarían con la ventaja de nacer más grandes y sin dificultades en el parto.
Entonces seleccionaron muchas yeguas destinadas a la cría con éstas características, entre otras.
Unos años después cambiaron ése criterio, pues el dorso largo es un defecto funcional y morfológico que se estaba haciendo muy común.
Esta decisión transformó el patrón racial de la raza que tenía en su comienzo el dorso menos largo y las extremidades más largas, actualmente en razas descendientes del caballo español como lo son el caballo lipizzano, o el lusitano podemos ver que esa característica se conserva aún en su morfología.
Morfológicamente un caballo es más eficaz en sus movimientos si no es tan largo como un rectángulo, ni tan corto como el patrón cuadrado.
Ventajas del patrón cercano al cuadrado:
• Facilidad para la reunión y elevación de sus anteriores, por lo tanto el trote es más cuesta arriba (los posteriores se meten más y desciende la grupa, elevando el tercio anterior) y extendido al alargarlo.
• El galope será más cuesta arriba y la sobre huella al paso será más fácil de conseguir.
Ventajas del patrón rectangular:
• Facilidad para andar de costado y para la incurvación.
Inconvenientes del patrón rectangular:
• Dorsos débiles
• Dificultad para la reunión
• En general trotes menos elevados
• Dificultad para alcanzar la sobre huella al paso
Inconvenientes del patrón cuadrado:
Aquí haré una apreciación más personal, pues la forma en la que se practica hoy la doma clásica, está pensada en el sistema de entrenamiento eficaz en los caballos de deporte modernos. A estos caballos en España les denominamos Centro Europeos y se caracterizan por un patrón más cercano al rectangular. Tienen la ventaja de poseer una musculatura fácil de desarrollar y su estructura esquelética suele ser fuerte, lo cual le facilita la extensión y la sobre huella en sus aires. Para la reunión no tienen tanta facilidad, por eso ahora es más común ver caballos de deporte más cercanos al patrón cuadrado.
El caballo PRE por naturaleza desarrolla con más lentitud su musculatura y su esqueleto, comparado con otras razas, a esto se le denomina desarrollo tardío, esta característica es natural en él por ser una raza pura, ya que no tiene en su genética la influencia de otras sangres que se distingan por un crecimiento más notable.
El caballo de deporte moderno si tiene esa influencia, pues es criado con el único objetivo de practicar deporte.
Para entender un poco mejor el origen del patrón cuadrado en la morfología del PRE, debemos estudiar un poco de la historia del caballo ibérico:
Este caballo fue el más popular para la guerra y la alta escuela desde el siglo XVI hasta el XIX. Resumiendo, en los tratados de equitación desde Pluviniel (siglo XVI), hasta Baucher (siglo XIX), podemos encontrar referencias que confirman la predilección que se tenía por el PRE para los usos antes citados.
La guerra a caballo hacía necesario disponer de monturas ágiles con facilidad para la reunión y un buen carácter para dejarse llevar por el jinete al enfrentamiento con otros soldados; en esos tiempos, la guerra permitía el cara a cara, jinete contra jinete.
Más adelante, con el perfeccionamiento de las armas de fuego, esta forma de combatir era imposible, pero aún así se conserva al caballo ibérico para la tauromaquia y la exhibición.
Volviendo a la morfología, los caballos de patrón cuadrado tienen las espaldas un poco cortas con una grupa ancha y cuadrada; los de patrón rectangular en general tienen espaldas largas y grupas planas. Los caballos de patrón cuadrado, al tener estas características, les es más fácil de elevar y recoger, pero como decía antes, necesitan más tiempo y desarrollo para activar más sus espaldas y conseguir una mayor extensión de sus extremidades anteriores. Pueden tener mucha fuerza en sus posteriores pero tienen dificultades para alcanzar una mayor flexibilidad, estos caballos suelen tener facilidad para la reunión y esto a veces es un problema porque he visto frecuentemente a entrenadores descuidar la flexibilidad por aprovechar la facilidad de sus ejemplares para la reunión.
Trabajar de forma prematura la reunión y olvidar la flexibilidad cuando un caballo no tiene la madurez física y mental adecuada crea caballos rígidos con dorsos que terminan debilitándose.
Supongo que a veces la falta de experiencia de jinetes y propietarios, no les deja apreciar el insuficiente desarrollo de sus espaldas. Cuando un caballo aún no está listo para trabajar en reunión, lo manifiesta con un mal contacto con la mano del jinete, este nota que el caballo toma con fuerza las riendas y no descontrae la mandíbula, lo que llamamos un contacto duro; por desgracia ante un contacto duro, hay personas que en vez de analizar su falta de experiencia, castigan al caballo con embocaduras más severas, pensando que el problema viene de la boca. El caballo no acepta la mano cuando no es capaz de sostenerse, entonces deja de utilizar el dorso y el problema del contacto fuerte deja paso al del contacto inexistente, es decir, el detrás de la mano o encapotamiento del cuello.
Un caballo montado en estas condiciones, en meses pierde toda gracia en sus movimientos y suelen manifestar estrés al pedirles un poco de esfuerzo.
Debemos erradicar este grave error en la formación de un caballo, porque toda monta forzada puede ser considerada como maltrato animal, lo cual está penado por la Federación Ecuestre Internacional.
Un jinete con la suficiente experiencia es consciente de la importancia de la morfología a la hora de formar un caballo. Puede parecer a veces muy difícil desarrollar la flexibilidad y la suspensión de un caballo PRE, especialmente en los potros. Se necesita mucha paciencia y técnica para impulsar al caballo sin que pierda la suspensión y precipite sus movimientos; si el caballo corre, perderá amplitud y sufrirá lesiones.
Muchas veces vemos caballos ganar las pruebas de funcionalidad con problemas de contacto, detrás de la mano, con trotes malos que recuerdan el movimiento de una máquina de coser.
Nadie quiere admitir que la mala ejecución del movimiento del caballo es producida por la tensión y un adiestramiento insuficiente.
En los concursos de doma clásica se penalizan estos problemas de adiestramiento con notas muy bajas.
Deberíamos ser más agradecidos con los caballos PRE que concursan en funcionalidad y proteger su bienestar, anotando en las hojas de calificación defectos en la biomecánica para motivar un cambio en su adiestramiento y alargar así su vida deportiva.
Cuando un caballo utiliza bien su dorso y la fuerza del movimiento viene desde los posteriores hacia delante sin encontrar en ello resistencia, las espaldas comienzan a soltarse y la cruz se puede elevar, el caballo trabajará en equilibrio, cuesta arriba y desarrollará el autosostenimiento, que dará ligereza a la mano del jinete y unos aires más elevados.
Soluciones:
• Debemos trabajar primero la flexibilidad -que es el camino para el autosostenimiento-, la incurvación y los ejercicios laterales, antes que la reunión y la extensión.
• El contacto adecuado permite trabajar de forma correcta el cuello del caballo, ese es el primer camino para desarrollar la flexibilidad y evitar que el caballo pese en las riendas y no se ponga sobre sus espaldas.
• El encapotamiento y la excesiva incurvación, perjudican la ligereza del tercio anterior.
• El entrenamiento debe ser variado, incluir paseos por la montaña, galope al aire libre, trabajo pie a tierra... debemos de proteger la mente del caballo para que colabore con nosotros, la coacción no es el camino.