Amigos del caballo! En este post les comparto unos consejos para caballos jóvenes de salto. Cuando un caballo debuta en una prueba pública, sufre un gran estrés, que se le supera con paciencia. Cuando el caballo salta relajado las primeras pruebas a poca altura, le conduciremos progresivamente a pruebas de mayor compromiso. La sensibilidad del jinete o la del entrenador o profesor, si el jinete es demasiado joven o inexperto para darse cuenta de estos condicionamientos, es la encargada de avisamos, de que el caballo domina esa dificultad y es capaz de pasar la página y emprender la dif icultad siguiente. Estos progresos se materializan en las competiciones y llevadas a los actuales programas diremos que los caballos debutan en las pruebas de quinto, cuarto grupo para ir escalando dificultades hasta llegar a las de primer grupo y pruebas internacionales, cuando la edad y estado anímico lo requieran.
Pero para llegar a estas pruebas debemos comenzar por enseñar a saltar al caballo, que tendrá entre tres y cuatro años. Es conveniente retrasar el comienzo de la enseñanza del salto, sobre todo si el caballo no está todavía suficientemente formado físicamente o si no se le ha podido comenzar a trabajar a tiempo. A los cuatro años el caballo está bastante hecho, recordaremos a tal efecto que en el hipódromo, las carreras clásicas se corren a los tres años, aunque estas comparaciones no son excesivamente válidas pues el PSI es muy precoz y comienza su vida hipodrómica a los dos años propiamente, pues un yearling (caballo de un año) es el caballo sin hacer, aunque galope.
El comienzo de la enseñanza para saltar hemos comentado que se iniciaba, saltando pequeños obstáculos en libertad o a la cuerda, ahora montado también repetiremos lo mismo, pequeños obstáculos que pueden ser desde barras en el suelo, a barras cruzadas o cavalettis. El jinete también debe protegerse, si protegemos al caballo contra golpes mediante colocación de calcetines de manos o protectores de pies o mediante vendas, el jinete debe llevar casco duro, pues una caída y golpe en cabeza no es raro, manejando obstáculos y potros, la cabeza es delicada.
Cuando el potro obtiene una buena condición física, tiene los músculos trabajados y bien desarrollados, comenzaremos por el paso de barras en el suelo, o mejor una barra y poco a poco se eleva a su soporte y se colocan a distancia entre 1 m y 1,10 m para pasarlas al paso, pues si fuera el paso de ellas al trote la distancia se aumentaría hasta 1,30 m. Estas son distancias normales que pueden ser variadas teniendo en cuenta la constitución del caballo. Para los ponys se acortarán hasta unos 0,90 m para atravesar al paso y 1,10 al trote. Pero todo es relativo, porque un Shetland no es un pony C y la distancia variará. Hay un procedimiento para calcular la distancia de cada caballo y es, en una pista limpia de huellas, pasar los cavalettis y comprobar que las huellas de las pisadas del potro quedan en el centro del espacio entre los dos cavalettis, caso contrario podremos variar esa distancia, aumentando o disminuyéndola.
La altura de los cavalettis se aumentará, comenzando por el último, cuando los anteriores se pasan con facilidad, relajado y levantando los pies y manos y bajando la cabeza-cuello, todo ello procurando no perder ni el ritmo, ni la cadencia y mucho menos la impulsión. La duración de un entrenamiento sobre cavalettis puede durar aproximadamente unos tres meses.
En el primero: paso y trote sobre barras en el suelo.
En el segundo: paso y trote sobre altura normal.
En el tercero: paso y trote sobre altura máxima.
Cada día se deben pasar cavalettis cuatro o cinco veces al paso y al trote en combinación con el trabajo normal. Cuando esto está bien aprendido se podrá enseñar a saltar el último cavaletti, esto es así: se colocan tres o cuatro cavalettis a distancia entre ellos de 1,30 m y se atacan al trote y si al pasar el último cavaletti el caballo se pone al galope, y este es relajado y confiado, el ejercicio está bien realizado. Cuando así ocurra, pondremos otro doble a continuación a unos 3 m y atacaremos la calle nuevamente al trote, saltando el primer doble al trote y el segundo al galope. Cuando pongamos, como último, un cavaletti triple procuraremos aumentar la distancia 3,50 m aproximadamente.
También podremos montar un obstáculo de fondo en el último cavaletti poniendo unos postes detrás del último cavaletti, pero siempre con poco fondo, pues si el fondo aumentara tendríamos que aumentar la distancia entre el penúltimo cavaletti y el obstáculo de fondo, poniéndolo a 6 o 6,50 m para que quepa un tranco. Es conveniente tras pasar la calle de cavalettis, disminuir el aire con paciencia y sin dar tirones, pues es normal que el potro, al encontrase libre, del pase de la calle se alegre y aumente el aire, con paciencia se le debe restituir a un aire inferior, sin darle fuertes tirones, pues el potro pronto asociará la salida de la calle con los tirones y acelerará a la salida del ejercicio, provocando la ira del jinete poco preparado.
También es muy conveniente salir de la calle de los cavalettis dando giros a derecha e izquierda indistintamente o insistiendo sobre el lado que tenga más dificultad el potro, que suele ser el derecho, por su postura en el vientre de la madre. También podemos colocar barras en el suelo en abanico a derecha e izquierda de la calle de cavalettis para atacarla al paso por la parte más estrecha y por el centro al trote, procurando tengan, por esa parte 1,30 m Si al final de la calle ponemos dos obstáculos a 6,50 estaremos enseñando al potro a pasar un doble a 1 tranco. Si al final de la calle ponemos otro obstáculo, que puede ser de fondo, a unos 10 m a 10,10 o 10,20 m (según el caballo) estaremos enseñando a saltar un triple. Y si a la salida de la calle en un arco de unos 15 m y 90º ponemos tanto a la derecha como a la izquierda, un obstáculo de fondo vertical, estaremos enseñando al potro a ligar un obstáculo con otro. Cuando todo esto esté bien aprendido, podemos saltar un obstáculo solo al galope, con o sin barras en el suelo, atacando de frente y volviendo una vez a cada lado para efectuar un ocho de cifra con el obstáculo en el centro de los dos círculos. Se pueden hacer ejercicios muy diversos, comenzando por el paso y ejercitándolos al trote y galope, siempre procurando que el potro esté bien colocado y llevado entre piernas y manos, comenzando por un ejercicio muy fácil pero que nos pondrá a nuestra disposición toda la flexibilidad del caballo, el ejercicio es «la espalda adentro» que ya dijimos anteriormente.
Estos ejercicios preparatorios para poder disponer de las fuerzas del caballo se intercalarán con paradas y medias paradas, las famosas transiciones, paso atrás, trotes largos, galopes sobre círculos pequeños para que no se acelere y poder cadenciar, galope en línea recta, comprobando la respuesta a la cadencia, el equilibrio, obediencia y rectitud, pues es fácil el alargar, pero siempre resulta más difícil acortar los aires, sobre todo el galope. También se puede comenzar a ejercitar con barras en el suelo en vez de cavalettis: Seis barras en el suelo, puestas paralelamente a 1,30 m o 1,50 m para pasarlas un par de veces al paso en las dos direcciones, luego al trote, dejando libertad al dorso, para volver a pasarlas tras haber efectuado una vuelta o círculo antes de volver a enfrentarlas.
Podemos continuar con barras cruzadas a poca altura, con una barra delante y otra detrás a unos 2,70 m o convertir las cruzadas en obstáculo vertical de dos barras, aumentar y disminuir la velocidad del galope, combinando con cavalettis al trote o combinar dos ejercicios: Barra en el suelo, obstáculo vertical, 5 trancos, obstáculo vertical, barra en el suelo. Esto pasado en las dos direcciones, reduciendo los 5 trancos centrales a 4 y 2. Pero todos los ejercicios los debemos aplicar a lo que le convenga a cada caballo, pues no hay dos caballos iguales, y ni siquiera en la cuadra habrá caballos que teniendo la misma edad necesiten el mismo trabajo, pues la planificación de las competiciones nos habrán orientado, en los meses de más intensidad de competiciones, hacia un número determinado de ellas, con diferencia de dificultad, según la planificación sea hacia una meta nacional o internacional con los campeonatos de Europa, del mundo, juegos mundiales u olímpicos. Tendremos en cartera, trabajos de mantenimiento, para un caballo bien domado que no tiene necesidad de ningún rendaje especial y lo podemos mantener con un trabajo ligero de paso y círculos o vueltas, con las piernas atentas actuantes, igualmente sobre diez minutos al trote en círculo, cediendo a la pierna, sobre todo actuando con la pierna interior, pasando barras en el suelo al trote en las dos direcciones, como se dijo, un par de veces, al trote también sobre el obstáculo con barras delante y detrás, en las dos direcciones.
No olvidar saltar en ángulo e igualmente en círculo o con barras al pie y detrás pegadas al obstáculo. Esto se puede repetir a mayor velocidad como recordatorio de las competiciones, un par de veces, o bien a una cadencia más lenta si venimos de una competición rápida y hay que restablecer el equilibrio.