Amig@s del caballo! Muchas veces me he dado cuenta que los caballos se suelen asustar con jinetes miedosos. El miedo del caballo, es uno de los motivos por el que siguen acompañándonos, si no fuera así, se habrían extinguido. El caballo ante cualquier amenaza reacciona con la huida instintivamente.
El miedo es el producto de un sistema neural que evoluciono para detectar el peligro. La amígdala es un órgano pequeño situado en el sistema límbico, la amígdala es el centro cerebral del miedo, modificando esta amígdala se puede reducir la respuesta de miedo. Las glándulas adrenales tienen efectos sobre el comportamiento, su corteza interna segregan hormonas como la adrenalina y noradrenalina, la corteza externa segrega hormonas sexuales andrógenas y estrógenas, hormonas del estrés como las corticoesteroides. Los animales que tienen estas glándulas adrenales más grandes son más emotivos, la domesticación hace que estas glándulas disminuyan de tamaño.
La genética tiene que ver con el miedo, hay líneas genéticas mansas y otras nerviosas. A través de la selección se consiguen animales que se asustan menos. De padres asustadizos, hijos que tienen miedo de todo, la madre si es un poco neurótica, le afectara a su potrillo al aprender todo de ella en sus primeros meses de vida. La raza también tiene que ver con el miedo, caballos de diferentes razas sean más o menos nerviosos.
Se suele decir que huelen el miedo del jinete, si perciben que tenemos miedo será porque hay un peligro cerca y ellos se alteraran. El peligro lo detectan por la vista, el olfato, el oído y el
tacto. Son buenísimos en detectar el peligro, pueblos de Mongolia consideran a los caballos
seres superiores al percibir y alertar con antelación los terremotos. Sienten en sus patas las vibraciones de la manada galopando. Disponen de unos órganos, los propioceptores que les sirven para que el caballo sepa donde está su cuerpo y sus pies, a través de sus cascos reciben mucha información.
¿DE QUÉ TIENEN MIEDO LOS CABALLOS?
Tienen miedo del hombre, si ha tenido mala experiencia en sus primeros contactos, si el hombre actuó violentamente, al caballo no se le olvida. Las alturas les asusta, cuando demuestran poder en la lucha, los sementales se ponen de manos para ser más grandes, para intimidar. Montados estamos por encima de él, para que no se asuste debemos acostumbrarle. Se puede asustar cuando se acerca a un edificio alto, a una nave agrícola, o una pila de pacas de forraje con altura.
Un potro montado por primera vez, tiene miedo de avanzar, se siente desconfiado por el cambio de equilibrio, con nuestro peso encima de él.
Cuidado con el terreno con barro, con el asfalto oscuro y las líneas blancas de la carretera, con los charcos y más cuando están helados, ellos no saben la profundidad de ese charco o si en el fango quedara atrapado. Una mancha oscura en el camino, no quiere pisar en ella, cree que hay un hoyo, puede meter su pata y herirse. A través de sus cascos detectan laspotros que no quieren pasar por el camino, se resisten, se plantan y se dan la vuelta, hay que acostumbrarles, además al pasar puede alzar el vuelo un pato o alguna perdiz, la sorpresa puede ponerlo cerca del pánico.
Se asusta cuando de repente al pasar cerca de una casa levantan una persiana. Cuando se ven reflejados en el cristal de una ventana se sorprenden.
Se puede asustar cuando te pones la chaqueta, cuando te quitas el sombrero, potros que no te conocen de los dos lados se asustan cuando al estar el jinete montado giran su cabeza y encuentran su pierna ahí.
¿QUÉ HACEN CUANDO TIENEN MIEDO?
Cuando tiene miedo se pone en tensión, tiene movimientos bruscos, la cabeza y la cola alta, la nuca rígida, la boca cerrada fuertemente y el cuello duro. Detectan nuestra tensión y miedo, nuestro estado de ánimo y nuestro lenguaje corporal. Quizá estemos indicándole que estamos en peligro, él quiere escapar. Si ante el peligro nos encuentra calmados y confiados puede que él también lo esté, al menos aminora la tensión.
Al igual que él, nosotros con tensión cerramos fuerte la boca, una buena idea es que nos pongamos a silbar o a cantar, así nos relajaremos y él se relaja. Un depredador al acecho no emite ningún ruido, para que no lo detecten, si nosotros cantamos con entonación delicada damos a entender que no queremos hacerle daño.
El caballo se tensa contrayendo sus músculos por el miedo, por la confusión, cuando entramos en conflicto con él y por dolor. Esta tensión afecta a todos los músculos, más a los de la línea superior. Su cabeza muy alta, perfil horizontal “la nariz al viento”, su cuello cóncavo, se dice que el caballo está invertido. Contrae el “longuísimo”, musculo que está a lo largo de sus vertebras, su columna se arquea hacia abajo, ahí sus vertebras se juntan y duele, con el peso del jinete más. Si están tensos no hacen lo que se les pide, se bloquean y ponen su cuello muy fuerte, no podemos flexionarlo. En muchas partes del mundo llevan a sus caballos invertidos sin saber que esta postura no es buena, muchos tienen dolor en el dorso al estar este hundido, tienen fuerza en sus patas pero por la tensión no pueden trasmitirla hacia adelante, golpean fuerte con sus manos el suelo y esto le produce lesiones de tendones y le aparecerán vejigas. Un caballo tranquilo tendrá la mayor parte del tiempo una posición de su cuello horizontal, casi en línea recta con su dorso y su cabeza baja.
En su libro “La lógica del caballo” Lucy Rees describe: El semáforo del miedo. En verde, está calmado y sin tensión muscular. En el amarillo, tiene señales de tensión, invertido, movimientos bruscos, en esta situación no aprende nada. En rojo entra en pánico, intenta escapar. Si tiene un susto cuando está en verde se pone un poco nervioso, si está en amarillo entra en pánico y se desboca. Si está en el amarillo continuamente “se espanta de todo”. A éste hay que volverlo al verde, volviéndole a habituar al manejo, a la montura, al jinete. Nunca castigar las reacciones de miedo o autodefensa.
Si le pedimos algo cuando está tenso, encontraremos resistencia, se mostrara miedoso, entra en pánico. Esperamos a que se relaje. Mirando el músculo masetero, que es un músculo fuerte que mueve y cierra la mandíbula, pasado el momento de tensión, el caballo recupera la circulación en el masetero al mover suavemente la mandíbula, como si estuviera masticando.
Si empujamos una embocadura contra su boca, ésta se cierra cada vez más. Esperar señalesSi tiene miedo al hombre, no se acercara, se ira, no se dejara tocar, estaremos con él en un corral o en el picadero redondo, sin hacer nada, todo el tiempo que sea necesario, nos sentaremos y pondremos buen heno para que coma ahí, nunca nos adelantamos a tocarlo, él nos tocara, por descuido o por curiosidad y vera que no pasa nada.Quitar miedos desensibilizando. Por ejemplo desensibilizarle a nuestro sombrero, quitarte el sombrero hasta donde se asusta y retroceder, premiarle con caricia… Pasamos un plástico o una manta por su cuerpo, primero por su espalda, por su barriga, por sus patas, cuello, nuca y cabeza. Le podemos poner un plástico grande en su grupa con cuidado con el método de acercarse y retirarse. Llegar hasta donde se asusta y retirarse, volver y pasar el sitio donde se asusto un poco más, cuando se asusta, retirarse, premiarle en cada avance. Le hacemos pisar plásticos, con eso le ayuda a perder el miedo a vehículos y a personas que vienen por detrás. Desensibilizar con este método a cada cosa que se asusta y a cada situación, Objetos extraños, cruzar un arroyo, saltar un obstáculo, etc.
Caballos que se asustan de todo, algunos les llaman “pajareros”, cuando estamos juntos formamos una manada de dos, si nos hacemos lideres de esa manada pequeña, o sea que seremos un buen guía y compañero que le protege, el caballo puede no hacer caso a situaciones que puedan asustarle, incluso puede ignorar a otros caballos. No siempre es así, es tan fuerte el instinto del miedo que cuando entra en pánico, solo querrá salir de esa situación y correrá hacia un lugar seguro, aunque confíe mucho en nosotros. Ese lugar puede ser el sitio donde vive con sus amigos equinos, o alejarse a una distancia que él crea que no hay peligro. Si pasamos por un lugar donde siempre se asusta, pasar a un metro más de distancia cambia y no tendrá miedo.
Lo llamo superar muros o conquistar terreno, cuando salimos con un potro por un camino, cuanto más te retiras de las cuadras más tenso va, se asusta y se para cuando se acerca a una casa, luego en una curva que no ve el resto del camino, cuando hay que pasar por encima de un regato, cuando le pedimos que atraviese un charco, etc. Si anteriormente le ocurrió algo que le asusto en un sitio en concreto, en ese sitio se para y se asusta, no querrá pasar por allí.
Hay varios masajes que podemos dar para calmar a caballos asustadizos, consiste en masajear sus orejas desde la base hasta la punta. Un masaje con los dedos dentro de su boca en la encía superior, les va directo a su cerebro y cambia a los caballos tercos o asustadizos. No intentar ese masaje si no estamos muy seguros.