Amig@s del caballo! En este post les voy a hablar de una historia que pocas personas conocen pero que me pareció muy interesante contarles: ¿sabían que hubo bibliotecarias que repartían libros a caballo?
Las bibliotecarias a caballo fueron parte de un programa increíble llamado Pack Horse Library Project, que se llevó a cabo en Kentucky, EE.UU. durante la Gran Depresión que sufrió Estados Unidos desde finales de 1929.
En los años 30, muchas comunidades rurales en los Apalaches estaban aisladas, sin acceso a libros ni educación. Para combatir el analfabetismo y acercar la cultura a estas zonas, más de mil mujeres se convirtieron en bibliotecarias a caballo. Con alforjas llenas de libros, recorrían montañas, cruzaban ríos y enfrentaban todo tipo de dificultades para llevar lectura a 50.000 familias y 155 escuelas.
Las bibliotecarias a caballo estaban compuestos en su mayoría por mujeres. Recibieron salarios de la Administración de Progreso de Obras. La regla era que las bibliotecas debían existir en los condados donde se entregarían los libros. Muchas de las escuelas locales contribuyeron a este esfuerzo donando materiales, como periódicos, revistas y libros.
El proyecto fue impulsado por el New Deal del presidente Franklin D. Roosevelt, y aunque al principio hubo escepticismo, pronto la demanda de libros creció enormemente. Las bibliotecarias no solo entregaban libros, sino que también leían en voz alta para quienes no sabían leer y compartían información útil, como recetas de cocina y consejos de salud.
Eran conocidas como las “mujeres de los libros”. Montaban a caballo, generalmente al amanecer, para tomar su camino a lo largo de las laderas nevadas y a través de arroyos fangosos con un objetivo simple: entregar material de lectura a las aisladas comunidades montañosas de Kentucky.
Las mujeres del libro cabalgaban entre 100 y 120 millas por semana, en sus propios caballos o mulas, a lo largo de rutas designadas, independientemente del clima. Si el destino era demasiado angosto incluso para los caballos, desmontaban y se iban a pie.
El programa terminó en 1943, cuando se construyeron carreteras y aparecieron los bibliobuses, pero su impacto fue enorme.
¿Te imaginas recorrer kilómetros a caballo solo para compartir el poder de la lectura? ¡Una historia fascinante!