Amigos y seguidores de este nuestro blog, esta semana mientras montaba y entrenaba nuestros caballos, me encontré una pequeña dificultad con un caballo lusitano a la hora de hacer algo tan sencillo como el paso, el caballo cuando hacíamos una transición al paso, este daba unos trancos buenos, luego les acortaba y acto seguido se retrotaba rompiendo el aire, este es un problema de temperamento del animal, el se inquieta no se relaja y por eso se retrota, el paso es un aire muy importante en toda la doma de un caballo, pocas personas le dan la importancia que realmente tiene porque a veces sus caballos ya tienen un buen paso natural y con una buena mano nunca lo dañan, pero nuestros caballos de PRE y PSL tienen facilidad para deteriorar su paso haciéndolo muy corto y de poca extensión, por eso yo doy una importancia muy grande al paso con riendas largas al comenzar el trabajo diario y al terminarlo haciendo a los caballos cruzar barras de tranqueo.
Los objetivos del entrenamiento diario de nuestros caballos tienen como fin desarrollar sus facultades físicas al máximo sin crearles extrés, consiguiendo de ellos animales flexibles y atentos, decididos pero sumisos.
Estas cualidades se manifiestan por: a) La franqueza y regularidad de los aires; es decir la armonía, la ligereza y la facilidad de los movimientos. Una impulsión siempre activa, originará una soltura del tercio anterior y un buen remetimiento de los posteriores. Así mismo se requiere una sumisión en la embocadura con una descontracción total y sin tensión ni resistencia. b) El paso tendrá que ser regular, franco y suelto. c) El trote deberá ser elástico, regular, sostenido y activo. d) El galope también regular, ligero y cadenciado.
Debemos mencionar que la cadencia se aprecia en el trote y en el galope que es el resultado de la propia armonía que muestra un caballo cuando se mueve con regularidad, impulsión y equilibrio. La cadencia debe mantenerse en los diferentes ejercicios. No debemos olvidar que la regularidad de los aires es fundamental en la Doma Clásica.
Después de esta pequeña introducción, veremos qué valoración se nos hará en una pista de concurso del aire del Paso según el reglamento de la Federación Hípica Española.
El Paso
Es un aire marcado en cuatro tiempos con regularidad. Ésta regularidad junto con una total relajación deben ser mantenidos en todo el trabajo al paso.
Cuando las batidas del anterior y el posterior de un mismo lado se acercan, el paso tiende a convertirse en un movimiento casi lateral. Esta irregularidad que puede incluso llegar a la ambladura es un grave deterioro del aire del paso.
Podemos distinguir cuatro tipos diferentes de paso: reunido, medio, largo y libre.
-Paso reunido: El caballo va “en la mano”, avanzando hacia delante con el cuello elevado y arqueado y mostrando claramente que se sostiene por sí mismo. La colocación de la cabeza se aproxima a la vertical, manteniendo un contacto ligero en la boca. Los posteriores se remeten con una buena acción de los corvejones. El aire del caballo permanece “marchado” y enérgico, con una sucesión regular de las pisadas. El tranco cubre menos terreno y es más elevado que en el paso medio puesto que la flexión de todas las articulaciones es más marcada. El paso reunido es más corto que el paso medio, pero mucho más activo.
-Paso medio: Es un paso claro, regular y suelto con una amplitud moderada. El caballo está “en la mano” y marcha decidido hacia delante, relajado, enérgico y con trancos iguales. Los cascos posteriores pisan delante de las huellas que dejan los anteriores. El jinete mantiene un contacto ligero, suave y estable con la boca de su caballo, permitiendo el movimiento natural de cabeza y cuello.
-Paso largo: El caballo cubre el mayor terreno posible, sin precipitación y sin perder la regularidad de las pisadas. Los cascos posteriores sobrepasan claramente la huella que dejan los anteriores. El jinete permite al caballo extender su cuello y adelantar la cabeza, pero sin perder el contacto con la boca y el control de la nuca del caballo. El caballo estira toda la línea superior.
-Paso libre: Es un aire de descanso en el cual se le da al caballo entera libertad para bajar y extender su cabeza y cuello.
El aire del paso jamás puede ser tan espectacular o expresivo como el trote o el galope. Al paso, el caballo siempre tendrá dos de sus extremidades en el suelo y carecerá de impulsión y suspensión; en su lugar buscaremos actividad.
En el paso ideal, las extremidades delanteras del caballo saldrán libremente de las espaldas hacia delante gracias a un dorso relajado; y los cascos entrarán en contacto con el suelo uno tras otro en un claro ritmo de cuatro tiempos.
El paso y especialmente el reunido es el aire más difícil de mejorar ya que un caballo puede ser influido solamente en un preciso momento, y esto es cuando el posterior está empujando para despegarse del suelo. La carencia de suspensión dificulta si cabe aún más las posibilidades del jinete de intervenir sobre el aire del caballo.
La Competición
A veces pensamos que el aire del paso es menos importante que el del trote o el galope, pero esto es un error puesto que en la “reprise” obtendremos una nota doble por dicho aire, y también la calidad de los tres aires en conjunto se verá reflejada en la nota de conjunto para “los aires” que a su vez también tendrá doble coeficiente. Así los tres aires tendrán la misma influencia sobre la nota final.
El ritmo del paso es una de las cualidades más importantes en la que se fijará el juez, así como en la ausencia de defectos graves como la “ambladura” que es cuando las extremidades del mismo lado avanzan paralelamente y a la vez. Ópticamenteextremidades del mismo lado forman una “V”, es decir, la extremidad anterior permanecerá tocando el suelo el máximo tiempo posible mientras el posterior avanza debajo de la masa del caballo para finalmente apoyarse en el suelo. El posterior dará la sensación de que casi alcanza el talón de la extremidad anterior.
Riesgos
Es muy importante montar cada caballo desde el inicio del entrenamiento “de detrás hacia adelante” y no viceversa y sin demasiada influencia de la mano. Un suave toque de la pierna del jinete sobre el caballo en el momento en que el posterior del mismo lado está despegando del suelo provocará que esa extremidad entre debajo del centro de gravedad del caballo con mucha más fuerza y rapidez. Una fuerte influencia de la mano sobre la boca del caballo bloqueará el dorso e impedirá que el posterior avance hacia adelante lo suficientemente rápido. Debemos imaginarnos que nuestras ayudas forman un triángulo: empieza por el pie del jinete, sube por el muslo y el asiento hacia la espalda, y de ahí pasa por el brazo hasta la boca del caballo para llegar de nuevo al pie del jinete. El error más común del jinete es tirar de la boca del caballo para intentar conseguir algo de “reunión”, esto desencadenará serios problemas ya que lo primero que ocurrirá es que el caballo tensará el dorso provocando pérdidas de ritmo. Cabe la posibilidad de que el caballo se “retrote” o de que se ponga algo rápido. El caballo suele mostrar esa tensión agitando la cola o “chascando” los dientes.
En muchas ocasiones durante el adiestramiento del caballo, el jinete pide demasiado pronto el “paso reunido”. Los expertos indican que el entrenamiento de dicho aire solamente debe empezarse una vez que el caballo es capaz de desarrollar un trote y un galope reunidos con facilidad. También nos advierten de que montar el “paso reunido” demasiado tiempo puede ser contraindicado puesto que requiere gran esfuerzo por parte del caballo que al final resulta cansado e intenta evadirse
perdiendo la secuencia del aire y deteriorándolo hasta el punto de llegar casi a “amblar”.
El Paso en el Pre
Por lo general el paso no es un aire del que puede presumir nuestro caballo P.R.E., aunque se ha mejorado mucho en éste sentido. La selección de éstos años atrás hace que hoy en día podamos ver en las pistas de competición ejemplares con pasos aceptables aunque no suficientes para estar a la altura de lo exigido por un juez internacional. El P.R.E. es un caballo con mucha facilidad para la reunión y por lo general dificultad para la extensión y que morfológicamente cuenta con un cuello corto y empastado. Aun así y aunque ya hemos comentado anteriormente que el paso es un aire muy difícil de influir, sí que existen varios ejercicios con los que se puede mejorar el ritmo, la relajación y la conexión del dorso.
Mejorar el Paso
-Paso con riendas largas: es muy importante para nuestra raza y sobre todo si lo acompañamos de subidas y bajadas de pequeñas montañas. De esta manera obligaremos al caballo a ser más rápido con el posterior y a meterlo debajo de su punto de gravedad para poder mantener el equilibrio.
-Ceder a la pierna: la usamos para mejorar el ritmo y la actividad del paso. Es un ejercicio en el cual es más fácil para el jinete influir en el posterior de su caballo en el preciso momento. El posterior entrará debajo de la masa, conectará el dorso y lo recibirá el jinete en la mano.
-Paso reunido en espalda adentro: conseguiremos algo parecido que en el ceder a la pierna. Para nuestro P.R.E será aconsejable intentar permanecer con las riendas lo más largas posibles.
-Transiciones: desde el trote o el galope al paso e inmediatamente iniciar un ceder a la pierna activando el posterior cada vez que va a dejar de apoyarse en el suelo.
-Cavalletti: siempre asegurándose de que los palos están a la medida adecuada del caballo. Éste trabajo hará que el caballo tenga que prestar atención a los palos y esto acentuará la elevación de las cuatro extremidades.
Como entrenar a nuestro caballo,
El análisis de nuestro nivel de experiencia y él de las características de nuestro caballo nos ayudarán a establecer los planes a seguir. En los casos en los que nos sintamos poco preparados para actuar como “entrenadores” de nuestro caballo (sentimiento muy habitual), los objetivos deberían apuntar a nuestra propia mejora.
Así, debemos tomar decisiones que nos ayuden a perfeccionar -lo antes posible- nuestro conocimiento sobre las claves del comportamiento equino; las tácticas adecuadas para lograr una mayor colaboración de nuestro caballo; nuestro asiento y colocación sobre la montura, y ciertas mejoras en la técnica que seamos capaces de aplicar.
Pese a ello, en muchos casos, nos veremos abocados de forma irremediable a asumir ese difícil papel de “entrenadores” ya que, queramos o no, la relación habitual con nuestro caballo nos convierte en el elemento externo más presente en su vida, haciendo depender el futuro de nuestro proyecto de equitación conjunto de la oportunidad de las actuaciones y decisiones que llevemos a cabo a lo largo de cada sesión de entrenamiento.
Son diversas las áreas en las que necesitaremos analizar las carencias o necesidades de nuestro caballo y será para cada una de ellas para las que deberemos establecer el punto de partida, los objetivos a conseguir con un plazo estimado para ello y la programación de actividades que creamos adecuada para la consecución de esos objetivos.
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