El 24 de
Febrero de 1898 nacía en Mostar (Bosnia Herzegovina) Alois Podhajsky, en
aquella época Mostar formaba parte del antiguo imperio austrohúngaro. El padre
de Alois quiso que su hijo siguiera una antigua tradición familiar, la de
servir al ejército imperial, por eso a temprana edad Alois estudio en la academia
militar para llegar a ser oficial.
En la casa
de la familia Podhjsky siempre hubo caballos, así que estos animales le
acompañaron durante toda su vida, años más tarde Alois publico en su libro:
“Mis caballos, mis maestros” fotos de su infancia en ella podemos verle de muy
niño a lomos de uno de los caballos que daban servicio en su casa.
Alois se
graduó en la academia militar de suboficiales y a finales de la primera guerra
mundial sirvió en el ejército de caballería, apenas tenía 19 años y de aquella
guerra conoció la derrota y el desmembramiento del imperio austrohúngaro al que
había servido su familia con tanta lealtad.
Alois,
siempre en privado, recordaba con añoranza aquellos años felices de su juventud
en los que el Imperio Austrohúngaro había dado a su familia reconocimiento y a
su pueblo prosperidad, lamento mucho su derrota porque también trajo reformas
en el sistema militar y afecto al cuerpo de caballería.
La vida de
Alois cambió mucho desde aquellos años 20 pero poco a poco fue cambiando para
bien, pues siempre fue un buen jinete y destacaba en el manejo del caballo esto
le permitió ser destinado a la Escuela Española de Equitación de Viena, allí
Alois reconoció que se tuvo que poner al nivel de los jinetes y oficiales
instructores y aprender de ellos los más profundos secretos de la equitación
clásica y la alta escuela.
Tras esos años de formación Alois en el año 1936 participo en los juegos
olímpicos de Berlín y gano la medalla de bronce individual en doma clásica.
En esa época, Austria en donde el servía, se anexiono de forma pacífica
como parte del Reich Alemán, a pesar de ser oficial de caballería Alois nunca
quiso dar su opinión sobre política ni definió claramente su postura hasta el
final de la ocupación alemana.
En el año 1939 Alois es ascendido a coronel y alcanza el título de jefe
de la Escuela española de Equitación de Viena, durante esos años lucha con
todas sus fuerzas por preservar al caballo Lipizzano y su sistema de cría
intentando que los alemanes no trasladaran ningún semental fuera de Austria ni
interfirieran en el sistema de adiestramiento y cría que se había visto
inalterado desde la formación de la escuela. Gracias a este puesto de jefe en
la Escuela de Viena, Alois no sirvió en el frente ni tuvo que combatir con los
alemanes, también se libró de recibir de ellos ordenes que lo comprometieran
políticamente.
La escuela española y sus caballos en peligro durante la Segunda Guerra
Mundial.
Durante la Segunda Guerra Mundial en la Escuela Española de Viena,
apenas hubo cambios en su rutina diaria, pero a finales del conflicto en el año
1945 en Viena empieza a escasear el alimento, el nerviosismo de las tropas
alemanas es evidente, todas las semanas los aviones de los Aliados bombardean
Viena preparando la gran ofensiva para liberar Austria y subir hasta Berlín.
Por el Oeste y al Sur desde Italia avanzan británicos, estadounidenses y
otros de sus Aliados, por el Este imparable el ejército Rojo.
Preocupado por la seguridad de la escuela y sus caballos, Alois
Podhajsky evacua la mayor parte de los sementales hacia la ciudad de San Martín
en la Alta Austria, las mejores yeguas del Piber Stud Federal, que era la
yeguada destinada a la cría de caballos de la que se suministraba la escuela
española de Viena, también son evacuadas a toda prisa.
Alois pensó que los caballos eran su responsabilidad y debía de cuidar
de ellos hasta el final de la guerra, ganara quien ganara.
Fueron días difíciles, había poca comida para el personal y los
animales. Como estaban en plena guerra, los refugiados hambrientos a veces
intentaron robar los caballos, viéndolos como una fuente de carne.
Podhajsky frente a Patton. |
Dio la casualidad que Patton y Alois Podhajsky habían competido en los
Juegos Olímpicos, así que se conocían de aquellos días. Quizás este echo motivo
que cuando Alois se entregó con sus caballos al ejército aliado, Patton
escuchara su propuesta de reunirse con él para decidir cómo salvar a los
caballos lipizzanos.
Después de aquella reunión los dos viejos jinetes renovaron su amistad,
y Patton acepto ayudar en la medida de lo posible a Alois en su tarea de salvar
a los Lipizzanos, Alois abandono así el bando alemán corriendo el riesgo de ser
acusado de traidor, todo ello para asegurar su postura neutral en la guerra y
la supervivencia de los caballos Lipizzanos.
Esta postura de Alois a favor de los aliados y en contra de sus antiguos
oficiales le ayudo a conservar su graduación militar al terminar la segunda
guerra mundial, se convirtió así en el único oficial austriaco que no fue
degradado ni suspendido de sus funciones al terminar la guerra.
Alois decidió mostrar al general Patton y al subsecretario de Guerra
Robert Patterson la belleza y habilidades de los caballos de la escuela
española en una exhibición para ellos y sus tropas que se realizó en una
pradera en el mismo pueblo de San Martín, los norteamericanos admirados
acordaron colocar los sementales bajo la protección de Estados Unidos durante
la duración del resto la guerra.
Podhajsky alertó a Patton de la ubicación de otro
grupo de Lipizzanos escondidos. Muchas yeguas y sementales Lipizzanos habían
sido robados por los alemanes de la yeguada estatal de Piber y habían sido
enviados a Hostau, en Checoslovaquia (hoy República Checa). Hostau quedó bajo
las líneas soviéticas, estaba muy cerca del frente pero no estaba aún dominado
por los soviéticos. Oficiales alemanes capturados, ofrecieron detalles a los
miembros del Ejército de Estados Unidos sobre el paradero de los caballos de Hostau.El capitán Ferdinand Sperl, pidió a los estadounidenses que rescataran a los caballos antes de que cayeran en manos de los soviéticos, porque se temía que serían sacrificados para carne que consumiría el ejército rojo.
Patton pensó rápidamente y el 28 de abril de 1945, ordeno al coronel
Charles H. Reed, con los miembros de las tropas A, C y F del 2 º Regimiento de
Caballería, que llevaran a cabo una incursión tras las líneas soviéticas, aceptaron
la rendición de los alemanes de Hostau, que aún resistían al avance ruso y evacuaron
los caballos. Este acto de valentía de Patton podía haber causado un grave
incidente diplomático entre las fuerzas rusas y los aliados, por suerte quedo
en una anécdota sin importancia pues los oficiales rusos no valoraban tanto los
caballos.
Los Lipizzanos fueron reubicados en Wels, entonces Wimsbach, en la Alta
Austria en una zona segura lejos de la influencia rusa.
Después de la guerra, los sementales Lipizzanos finalmente regresaron a
Viena en el otoño de 1955.
Alois Podhajsky más tarde
escribió acerca de estos acontecimientos en sus memorias y años más tarde este
episodio junto a Patton se convirtió en una película llamada: "Operación
Cowboy" (1963) de Walt Disney Studios, con el actor Robert Taylor
interpretando al Coronel Podhajsky.
A Alois Podhajsky se le recuerda por salvar a los Lipizzanos,
preservando su historia después de la guerra, también por su dedicación a la
promoción de la doma clásica y sus contribuciones en la Escuela Española de
Equitación de Viena en la que permaneció hasta su jubilación en 1965.
Dejo escritos varios libros y se dedicó a promocionar espectáculos con
caballos lipizzanos por todo el mundo. Entreno y ayudo a muchos jinetes de doma
clásica durante toda su vida.
Yo he leído dos de sus libros, el que más me emociono fué el de
"Mis maestros, mis caballos" porque nos acerca el lado más humano de
uno de los hombres más respetados de la historia de la equitación.
Estudiando su obra he aprendido que Alois no era partidario de los métodos
de la escuela francesa, ni los de Fillis (Inglaterra) aquí una vez más
compruebo que hasta bien entrado el siglo XX no se ha conseguido unir lo mejor
de las dos escuelas, la centro-europea más pura que representaba Podhajsky y la
francesa de tanta influencia en Portugal, Italia y España. Estas técnicas
resultantes han creado las bases de las técnicas con las que ahora montamos los
jinetes de doma clásica actuales, pero han sido fruto de años de evolución basándose
en la tradición adaptada a estos tiempos modernos.
Alois murió en 1973 de una apoplejía en Viena, Austria.
Alois nos dejó frases tan profundas como estas:
" Debemos vivir para la escuela. Ofrecer nuestra vida a élla.
Entonces, tal vez, poco a poco, la luz de la pequeña vela encendida que
mantenemos aquí con el arte de la alta escuela, nunca se apagará".
“De todas las artes, el arte ecuestre es lo que está más cerca del arte
de vivir, porque todo lo que nos enseña es directamente aplicable a la vida
misma”. -Alois Podhajsky
Me encanta tu blog, soy una gran amiga de los caballos y espero que siguas creciendo como blogger.
ResponderEliminarhttp://elamigodelcaballo.blogspot.com.es
Gracias por tu comentario, me alegra que te guste el blog, personas como tu me dan animos para seguir escribiendo.
EliminarExcelente aporte. Que bellos temas nos regalan los caballos.
ResponderEliminarGracias por compartir este Blog, me sirvio de mucho. Soy Maestro de Equitacion, Graduado en una de las Escuelas referentes de la Escuela de Equitacion Espanola de Viena. Y me siento muy honrado de leer articulos tan interesantes como este. Y como decia el Gran Maestro Alois Podhajsky; Es aplicado a la vida misma.
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